Inspiraciones 2019

Inspiraciones 2019

Cambiamos de año según la cuenta gregoriana. 13 nuevas lunas por delante. Cambiamos también de década. 2020 is coming. Y con ello, este año también he decidido poner por aquí aquello que me ha inspirado, me ha hecho pensar y me ha acompañado a seguir divagando, jugando, divirtiéndome, cuestionándome… En la segunda parte en este post, también encontrarás un ejercicio-dinámica para marcar tus hitos de este 2019. Importante (como siempre digo) saber donde estamos para proyectar hacia donde nos queremos dirigir 🙂

Recuerda que en el blog encuentras las inspiraciones del 2018 y del 2017. En estos post tienes más recursos, que bajo mi punto de vista, siguen estando de plena actualidad para seguir… ¡inspirándonos!

 

?? LIBROS

  • LIBRO: Pensamiento monógamo, terror poliamoroso (Brigitte Vasallo). Después de leer este libro afirmo (propongo) que cada vez que digamos que nuestro sistema es heteropatriarcal y capitalista le añadamos otro apellido más. Nuestro sistema es monógamo, igual que nuestras formas (hegemónicas) de relacionarnos.
  • LIBRO: Soberanías. Una propuesta contra el capitalismo (Diversas autoras). «Este libro es una propuesta para la discusión, el debate y la acción que parte de la convicción de que no hay recetas ni programas perfectos a la hora de avanzar hacia la transformación social. Es un marco para un diálogo fecundo con todas aquellas personas interesadas en este proceso. No tenemos ninguna duda de que abandonar el capitalismo como marco de las relaciones sociales es urgente y necesario para nutrir nuestras vidas y vivirlas plenamente, y que nos hace falta comenzar a hacer el tránsito, desde ahora mismo, hacia la construcción de una sociedad mejor para todos y todas.»
  • LIBRO: Valerosas 1 y 2 (Pénélope Bagieu). Fantástico libro-cómic con un montón de historias de mujeres* brillantes y tremendamente Valerosas.
  • LIBRO: Economía Rosquilla. 7 maneras de pensar la economía del siglo XXI (Kate Raworth). Sin duda, hay otras formas de pensar la economía, por ejemplo, atendiendo a que quienes la crean son las personas que habitamos la Tierra. «La autora propone siete maneras distintas con las que aprender a pensar como economistas del siglo XXI. Cambiar los objetivos, cultivar la naturaleza humana, ver el panorama general, diseñar para distribuir la riqueza, crear para regenerar, son algunas de estas propuestas que el manual desarrolla a fondo. «

 

?? CANCIONES

  • Es mejor caminar (Pilu Velver versionando a Revolver): Admito que soy bastante obsesiva con las canciones. Y esta, la habré escuchado durante estos meses como… 1000 veces ¿? Esta canción me conecta con el miedo y me acompaña a acogerlo y seguir adelante. Adoro a la cantautora Pilu Velver, tanto sus versiones, como sus canciones «originales».
  • Eraso sexistarik ez (Yogurinha Borova): En verano tuve ocasión de estar en uno de sus shows y me encantó. ¡Fue muy muy divertido! Esta canción es en euskera, aunque tiene otras en castellano. Grande Yogurinha 😀
  • Primavera nuestra (María Ruiz y Eva Sierra): Ha sido banda sonora sobre todo de momentos-mierder este año. «Siiiientelo, llegan las revoluciones, de morado, de rabia, de flores, primavera nuestraaaaaa».
  • Peces de ciudad (Versión de Rozalen): Esta canción pertenece a la banda sonora de mi Vida, me recuerda a mi Maa y esta versión de Rozalén me encanta.
  • Vamos sobradas (Tremenda jauría): Perreo del güeno, del feminista, para celebrar la Vida y que nuestra revolución sea bailando. Son tremendas las Compas de Tremenda jauría, en serio, dale al play y ¡a bailar!

 

?? CHARLAS / DOCUS

 

??BALANCE-RECETA

Este ejercicio ya lo he propuesto antes. Sip, lo se. Lo que ocurre es que me resulta tan revelador hacerlo cada año, que es por esto que me repito. Esta vez te lo cuento en modo receta 🙂

¿Qué necesitas?

  • Tiempo de calidad en el cual no seas interrumpida (entre 2 y 3 horas según el grado de profundidad)
  • Un espacio propio (o un lugar tranquilo)
  • Una infu rica-rica y calentita (opcional)
  • Tu agenda, cuaderno(s), registro(s)… de este 2019

¡Vamos allá!

PASO 1: Comienza desde enero y ve marcando con algún color esos eventos, citas, regalos, procesos, trabajos, cuidados… que hayas realizado y que consideres que tienen un valor en tu proceso de vida. Anótalos en un hoja aparte, uno por uno en modo lista. Si tienes redes sociales (virtuales) también puedes darte una vuelta por estas para ver qué cosas has compartido y qué es lo que te ha acontecido durante el año (pero por favor, que sea un rato especifico, y luego, vuelve al papel).

PASO 2: Coge cada uno de los puntos de la lista y profundiza en ellos. ¿Cómo te sientes ahora con aquello que te ocurrió? ¿Cómo te sentías en ese momento? ¿Qué es lo que te ha dejado esa experiencia en tu vida? ¿Qué cosas nuevas (o renovadas) has aprendido con lo que te ha ocurrido? ¿Consideras haber visto algún nuevo don o talento en ti? ¿ Y algún limite que desconocías?

PASO 3: Respondiendo a las preguntas que planteo arriba (y a otras que a ti se te ocurran) tendrás la perspectiva de todooo lo que te ha ocurrido durante estos últimos 365 días. Y quizá (eso espero) veas más claro hacia donde quieres seguir caminando en los próximos meses. Entonces, ¿hacia dónde es?

PASO 4: Paloma Todd de Luna de Abril (ferviente inspiradora para mi este 2019), nos deja estas preguntas que considero muy reveladoras para el final del ejercicio: «¿Qué he cosechado en este ciclo? ¿Cuales han sido mis logros, mis pérdidas? ¿Mis aciertos y mis errores? ¿Qué me gustaría corregir, mejorar, refinar? ¿Qué no necesito más? ¿Qué se cierra? ¿De qué me despido? ¿En qué área de mi vida siento que he cerrado una puerta, he puesto un límite, he dicho no?«

 

Eiii!!! No olvides dejarnos en los comentarios tus recursos inspiradores 2019. Y si quieres, por supuesto, cómo te has sentido al hacer el balance.

Te deseo un año genialérrimo y que juntas, sigamos inspirándonos y creando esas realidad tiernas con las que soñamos y que a veces, incluso habitamos.


*La ilustración de este post es de Patricia Corrales.

Mi primer día en la Luna

Mi primer día en la Luna

Todavía era pronto para mí. Algo había oído pero no tenía ni idea de que el viaje fuera a ser tan fascinante y misterioso. No quería esperar. Las esperas me desesperaban de siempre, y aquella ocasión se mostraba perfecta para la aventura.

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Me topé de repente con un gran túnel oscuro en el que desde abajo, alcanzaba a ver las paredes viscosas con rugosidades diversas. Algo me atrapo, la boca del agujero que no parecía tener fin me capturo y comencé a subir. La escalada se dio sin que yo hiciera ningún esfuerzo. Fue un paseo suave, húmedo, caliente. No sabía hacia donde me dirigía, sin embargo, la serena excitación que sentía dentro me hacía tener la certeza de que todo estaba bien.

Cuando ya me relaje por completo ante la agradable experiencia, me encontré con algo que parecía la punta de la nariz, blandito a la vez que terso. Un almohadón también húmedo y cubierto de un líquido rojo espeso que se abrió por el centro para que continuara el camino. Esta vez el pasadizo se estrechó más. Veía hilos de materia roja en dirección contraria. Este pasadizo era como estar dentro de una aguja y me costó un poco comenzar a entrar. Me sentía gustosamente mojada en aquella materia brillante y viva. Otra fuerza me absorbió y finalmente llegue al destino, una cavidad inmensa recubierta de ese flujo flexible y rojo que me acompaño en la aventura y de lo que estaba embadurnada.

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Había llegado a la luna. Era mi primer día.

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El día pasó rápido, aunque después me contaron que en realidad habían pasado aproximadamente 28 días. Vi caer todo lo que recubría aquella cavidad gigante, poco a poco fue escurriéndose por el agujero por el que yo llegue. Las paredes quedaron finalmente rosáceas y lisas, aunque en muy poco tiempo volvieron a comenzar a pintar el escenario; primero una capa, luego otra y finalmente una más.

En ese tiempo, las compañeras de lanzar «el huevo» habían realizado un intercambio de un montón de hormonas (o bitxitos alegres que se mueven por todo nuestro ser) con el cerebro, y este, el centro mismo de la inteligencia de la Cuerpa, dio las órdenes para ir pintando y rellenando las paredes. Entre dos de las capas, más o menos, enviaron el huevo, y cuando se terminó de formar la fiesta del líquido rojo, fui expulsada por el mismo lugar por el que entre, deslizándome rápidamente por un tobogán lubricado. Ueeeeeeeee!!!!

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Abrí los ojos. Algo se removió en mi tripa y no supe bien que ocurría. Recordé el sueño y pensé que quizá tanto subir y bajar me había dejado mareada. Me levanté y una mancha roja en las sabanas me sobresaltó. No me pilló desprevenida, sabía lo que era. Se me hacía familiar, unos pocos minutos antes estaba pintada con ella.

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Esa misma noche viaje a mi interior por primera vez, a mi Luna, al lugar donde todo comienza, a ese espacio mágico que late dentro de cada ser menstruante. Y aquella mañana supe, que me quedaban un montón de fascinantes y misteriosos viajes a la Luna. La aventura de ser cíclica, había comenzado.

Ilustración de Paloma Ilustrada


*La ilustración de este post es de Laura Berger

Lagartija

Lagartija

Lagartija

que muta (también) entrañas

Premen día 25. 8 de septiembre del 2019

 

¿Cuántas veces he mutado de piel? (a mis 35 diría que ya han sido unas cuantas)

¿Acaso me creo una lagartija? (me gustan los reptiles y su instinto de supervivencia)

¿Cuántas heridas traspasan de una a otra capa sin poder hacer nada para evitarlo? (la piel es lo más superficial y al mismo tiempo, lo que me de-limita)

¿Cuántos duelos me quedan por hacer? (estoy segura de que no puedo contarlos)

¿Y cuantas mutaciones con cada uno de estos? (¿quizá tantas como ovocitos me queden dentro? …seguramente muchas más)

 

Trabajo, hago terapia, lloro, preparo talleres,

me río, bebo cerveza, descargo, escribo, me ilusiono, paseo, me deshincho…

Estrógenos arriba y abajo, progesterona que viene y va.

 

Y todo, vuelve a comenzar de nuevo.

Incluso aunque esto sea una ilusión macabra,

porque nunca,

nunca, seré “nueva”.

 

No habrá segundo parto,

aunque me partiré cientos de veces.

No habrá segundas oportunidades,

porque siempre,

algo me recordará que “sigo siendo yo”,

que esa «otra yo» no existe.

 

Tecleo por y para “modificarme”,

en pos de una serenidad calmada y muy viva a la que aspiro.

Dentro me habita un caos de ceros y unos a los que pretendo dar sentido.

Y orden.

Como si fuera un sencillo y a la vez muy completo software que puedo (des)cifrar.

Un algoritmo hormonal alocado

al que se le suma (o resta) un tiempo (limitado) y un entorno (muy) cambiante.

 

Fantaseo con ese delete que me dé la posibilidad de eliminar aquello que ya no me sirve.

Sueño con ese sobre-escribir que me deje teclear ese código que aún es balbuceo,

sacarlo de mis entrañas para no sentirme nunca más abandonada,

ni rechazada.

Me doy cuenta de que no existen estas teclas en el hardware-cuerpo.

No las hallo dentro,

y fuera, tampoco hay cacharro que me permita encontrarlas.

 

Re-escribir(me) viviendo(me) de formas “otras-nuevas”,

arrancándome a tiras la piel que no cae sola.

A ratos con el mimo de quien ama la pared que limpia,

en otros, con el racarraca de quien intenta que un grano deje de picar.

 

Muto en cada ciclo,

Y lo se teóricamente,

Porque, entre otras cosas,

un ovulo muere,

y algo de mí lo hace con él.

 

En lo práctico, en lo emocional,

todo se torna más complejo,

y no hay quien entienda el jaleo de fórmulas, errores y con ello posibilidades,

que me asaltan, en las que me convierto.

 

vida-muerte-Vida.

 

Morir y matarme entre metáforas,

hacerlo con el cariño que estoy aprendiendo a tener(me).

Enterrarme, incinerarme,

y ser ceniza en la que nuevas flores brotan.

 

Otra vez, cada vez, en cada ciclo,

también en cada nueva etapa de la vida.

Incluso aunque eso de ser nueva me resulte uno de los engaños a los que sucumbo,

por el que me dejo sucumbir.

 

Quiero fantasear (una vez más),

imaginando que soy una lagartija que cambia de piel,

y de entrañas.

Sabiendo,

que en ellas guardo los recuerdos de la que fui,

esos que me han construido,

y que me construyen cada vez que repto,

y que ahí, en lo más hondo de mi misma,

es (también) donde engendro el futuro en el que seré, nuevamente,

una lagartija.


*El dibujo de este post esta realizado con (mi) sangre menstrual. Si quieres ver el resto de obras-juego, puedes acceder a LA GALERÍA.

Emociones y ciclo menstrual (Parte I)

Emociones y ciclo menstrual (Parte I)

Hace poco he descubierto la importancia que tiene poner atención en las emociones. A nivel teórico lo sabía hace mucho, sin embargo han sido (y están siendo) diversas situaciones personales (tipo tsunami) las que me están poniendo en jaque para que atienda con mucha (mucha) más persistencia y detenimiento lo que acontece en mi (intenso y a ratos muy caótico) mundo interior.

Estarás conmigo en que durante un (solo) ciclo menstrual transitamos muchas emociones. Saber qué siento, cómo me siento y dónde están ubicadas en mi cuerpo es de vital importancia para poder seguir trabajando en esto de: “cómo ser un cuerpo menstruante sin morir en el intento”, o pronunciado de una forma un poco más optimista: “cómo vivirme siendo un cuerpo menstruante acogiendo (todo) lo que siento”.

 

Los tres cerebros

¿Pensabas que tenías un cerebro, verdad? ¡Pues mira, en realidad son 3! Hace unos días he realizado un Taller (bueno, lo que en nuestro Grupi hemos denominado Pintxo-pote temático, que viene a ser colectivizar saberes mientras nos tomamos unas cervezas el viernes a la tarde. (¡Por cierto, I. y M. sois unas jefas!) sobre el eneagrama (si no conoces esta herramienta aquí tienes un buen link para acercarte) y una de las cosas que más sorprendida me ha dejado ha sido que según la personalidad imperante que desarrollamos, actuamos (primeramente) desde una de las 3 partes de nuestro maravilloso cerebro triúnico[1].

Aunque hablemos de 3 partes, todas están conectadas entre sí funcionando como un ente único. De forma muy resumida, está el reptiliano (que se encarga de la supervivencia y se expresa por medio de impulsos), el límbico (responsable de las emociones asociadas a las vivencias que tenemos) y el neocortex (encargado de los pensamientos sistemáticos y lógicos). ¡Todo este pack de posibilidades interconectadas es fruto de nuestra evolución!

 

El cerebro límbico y el patriarco-capitalismo

Seguramente alguna vez hayas oído esto de que “las mujeres son emocionales y los hombres racionales”. Sin duda es una frase cargada de machismo que en mi opinión, lo único que hace es perpetuar el sistema patriarcal y dicotómico en el que vivimos, donde lo racional sigue siendo leído como “lo más” y lo emocional aún tiene la carga de “eso que te pasa por las tripas a lo que es mejor tirarle arena encima y olvidarte”.

¿Será acaso que al hombre económico[2] le han «extirpado» el cerebro límbico y es por esto que no puede sentir lo emocional? ¿Será que pensaban (y pensamos) que cuánto más alejadxs de nuestras emociones estemos, más conectadxs con nuestro neocortex, y por ende, más y más productivxs somos? ¿Será que algunas emociones no son leídas como productivas y ha sido mejor alejarnos de ellas (y al mismo tiempo de nosotras y de lo que sentimos)?  Al fin y al cabo, son unas cuantas décadas de impulsarnos a ser un homo economicus, el cual entre otras cosas, se define como 100% de racionalidad y 0% de emociones.

¡Todxs tenemos emociones, y éstas atraviesan absolutamente todo lo que hacemos en nuestra vida!

Estar en contacto con nuestro mundo emocional y ser capaces de tomar decisiones también desde ahí (de la misma forma que lo hacemos con nuestra racionalidad sin que a nadie le sorprenda) es imprescindible para construir realidades en las que los cuerpos, y los procesos (emocionales) que vivimos, tengan el lugar que merecen. Porque nuestras emociones SON, están y nos afectan (¡Y menos mal!).

 

La rueda de las emociones

No hay emociones buenas ni malas. Estas “únicamente” son la reacción visceral a pensamientos, situaciones y demás que vivimos en el día a día, y estas reacciones están condicionadas por las formas de movernos por el mundo que hemos aprendido (para sobrevivir). Sin embargo, en la cultura en la que vivimos unas y otras tienen diferentes reconocimientos sociales, y por esto, son sostenidas/acogidas/desechadas/integradas de formas (muy) distintas, tanto por nosotras, como por nuestro entorno.

Algunas, como las que están relacionadas con la felicidad están premiadas en este sistema positivista del «tu puedes» (no olvidar el siempre-siempre presente productivismo y cuales son las emociones que desde aquí se enaltecen). Otras en cambio, como las que tienen que ver con la tristeza o el miedo, quedan relegadas a esa «vida privada» que al ser considerada como tal, perpetua la idea de que esas emociones solo las viven unxs cuantas en base por ejemplo a sus hormonas, a cuanto de sensibles sean, etc. ¡Lo personal es político! ¡Por tanto, la tristeza, el miedo y las emociones también lo son!

Hace poco descubrí esta Rueda de las emociones que te comparto a continuación, y me quede fascinada con la cantidad de palabras que ahora tenga para atinar (un poco más) en cómo me siento:

la rueda de las emociones

La tengo en el frigo sostenida por imanes, y así, cuando ando confusa y me siento a la deriva, procuro acercarme y definir cómo me encuentro. Porque en este caso también, los matices, dicen mucho.

 

Diferencias entre controlar y acoger

Nuestro vocabulario se ha ido tornando poco a poco muy empresarial. De alguna forma pudiera parecer que somos mini-corporaciones productivas (también) por las palabras que usamos. Seguramente habrás escuchado esto de “gestionar las emociones”, y aunque gestión es una palabra que puede ayudarnos a comprender que las emociones son mensajeras de qué es lo que estamos sintiendo y con esto, que requieren de atención, no se trata de intentar controlarlas como si de un balance de cuentas se tratara.

Más bien se trata de (re)conocerlas y saber acoger/descifrar/conectar con el mensaje que quieren transmitirnos. Darles espacio, y a ser posible, no caer en juzgarlas(nos). De esta manera es como nos responsabilizaremos de lo que estamos sintiendo y será la forma en la que podremos ser honestas (a la vez que empáticas) para poder transmitirlas si fuera necesario. A esto se le llama Inteligencia emocional.

 

Ciclo menstrual y emociones

Seguro que si llevas registrando un tiempo te has dado cuenta que transitas por diversas emociones en las diferentes fases del ciclo… ¿Cuales son? ¿Las reconoces? ¿Te animas a registrarlas y a ir definiendo los matices utilizando la rueda?

Este post tiene segunda parte, donde te contaré cuales son las emociones por las que transito (habitualmente) durante mi ciclo. ¿Registras tú también y compartimos?

 


[1] https://psicologiaymente.com/neurociencias/modelo-3-cerebros-reptiliano-limbico-neocortex

[2] «… homo economicus, basa sus decisiones en la medida de que afecten en mayor o menor grado a su función de utilidad personal. Y por tanto, se niega que el ser humano considere en sus decisiones el bienestar de los demás y el del propio planeta. Es decir, se niega que las decisiones estén afectadas por factores ambientales y emocionales, como afecto, gratitud, amor, justicia…a menos que esto le convenga al individuo» . Fuente: https://economipedia.com/definiciones/homo-economicus.html

*La ilustración del post es de Agustina Guerrero.

Orgullos y cierres

Orgullos y cierres

Este es el último post de la segunda temporada del proyecto. Y teniendo en cuenta el día que es, que mejor tema que agarrarle al orgullo, a los Orgullos de la diferencia.

 

50 años de Stonewall

Comenzaba el verano de 1969 y probablemente las personas que acudían al bar Stonewall Inn (en New York) se habían aburrido de las frecuentes redadas policiales a las que se veían sometidxs. Aquel 28 de junio, y tras otra habitual ‘visita’ autoritaria, se dieron los disturbios que son generalmente reconocidos como el catalizador del movimiento LGTB. Desde hace unos años a estas siglas (Lesbianas, Gays, Trans, Bisexuales) se le han añadido la Q y el + (de Queer y otras identidades no-normativas).

Hoy en día, en muchísimos lugares del mundo se rememoran aquellos hechos a modo de reivindicación-celebración, aunque desde diversos movimientos surgidos estos últimos años se pide que esta fecha no se mercantilice (para atraer turismo, para realizar macro fiestas… Ya sabes, el capitalismo siempre anda al acecho). Este (renovado y tan necesario) movimiento se llama ‘Orgullo Critico‘. 

También aún existen muchos lugares en el mundo en el que la homosexualidad está penada por ley, actualmente son 70 los países que imponen sanciones por ello, desde la cárcel hasta la pena de muerte. Aunque hayan pasado (ya) 50 años de las primeras reivindicaciones, queda mucho por hacer…

*Si te interesa el tema y quieres profundizar en ello, te recomiendo (mucho) la película ‘Pride‘.

 

Orgullo Menstrual

Aún quedan muchos armarios de los que salir, tanto a nivel individual (dándonos cuenta de que ‘estamos dentro’, siendo capaces de reconocer y aceptar las diferencias personales…) como a nivel colectivo (re-creando la cultura necesaria para que toda diversidad tenga el lugar que merece). 

No es mi intención solapar ni acoplar el orgullo LGTBQ+ con el orgullo menstrual (podríamos asignar un día para esto, eh?!), sin embargo, he querido escribir estas líneas para apreciar que ambas realidades son ‘diferencia’, no-normatividad, periferia, y que por tanto, ambas requieren de Orgullo, visibilización y reivindicación.

En mi caso, salir de los armarios (que me protegen y al mismo tiempo me apresan) está siendo toda una aventura (desde hace muchos años). En este último tiempo he visto la potencia de hacerlo para (también) así cambiar la realidad de lo colectivo. Salir de los armarios no solo me libera a mí, sino que da la posibilidad de crear ‘otras realidades (más) diversas’ en mi entorno.

Como siempre te digo, reconocer donde estoy y saber a dónde quiero ir son los puntos clave para desarrollar un plan de acción (en este caso para salir de armarios varios) que sea compasivo conmigo misma (con toneladas de paciencia), en el que cuente con cómplices que me acompañan y sobre todo, en el que hacerme (mas) daño no sea bajo ningún concepto una opción.

¡Si quieres saber cómo reforzar tu(s) Orgullo(s), sigue leyendo!

 

Resumen del curso 2018-2019 (Temporada 2)

Para los días de mar, río, monte… y sol-sombra (que deseo que tenga(mo)s muchos) y para continuar haciendo espacio a la(s) diferencia(s) de forma Orgullosa que tenemos por (re)conquistar, aquí tienes el listado de los artículos que he escrito durante los 9 meses de este curso.

Espero te resulten inspiradores para continuar el viaje hacia Ti, y por favor, si tienes algo que decir, déjanos unas palabras en los comentarios o escríbeme 🙂

 

Vuelvo en septiembre y seguimos creando #CulturaMenstrual y conjuntando-la con la #EconomíaFeminista. 

Mientras, solo dos cosas: Siéntete Orgullosa del camino recorrido y GÓZATE.


*La foto del post es del ayuntamiento de mi ciudad-pueblo, Irún (Gipuzkoa, Euskal Herria). Aquí (aún) cada año intentamos que la bandera arco iris cuelgue del balcón, como en la mayoría de lugares. Todavía no lo hemos conseguido porque según dicen las ‘autoridades’, la balconada está decorada para las fiestas (de San Pedro y San Marcial) y no hay sitio. Así las cosas por aquí, como te decía, queda MUCHO por hacer.

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