De tiempos raros

De tiempos raros

He perdido el norte.

En realidad, creo que los nortes están danzando entre cientos de emociones confusas,

como en la brújula de Jack Sparrow.

Ya no existen puntos de anclaje conocidos e indefinidos,

no existe más certeza que la que podemos oír latir en nuestro interior,

También el latido compartido en nuestras redes de apoyo,

tejidas con todo el cariño que hayamos sido (y estemos siendo) capaces de dar y recibir.

 

De una día para otro la vida se ha puesto del revés.

Lo más invisibilizado del iceberg-sociedad que habitamos está siendo alumbrando

entre gritos y demandas de quienes menos tienen.

Toda la injusticia, la no-equidad, las opresiones, la falta de cuidados están siendo visibilizadas.

O al menos, están expuestas en un gran escaparate para quien las quiera mirar (y ver).

Yo miro atenta, triste, enfadada, esperanzada, entusiasmada, confusa…

 

A veces soy capaz de observar el marco general que engloba todo esto,

Asombrada por ir entendido las partes que conforman este todo caótico,

ese marco teórico-político que decimos cuando hablamos en términos grandilocuentes.

Otras veces, todo se me viene encima, el cristal se rompe en mil pedazos,

y no hay andamio que me contenga.

Sobre todo, cuando cada vez que termino reuniones telemáticas,

inabarcables, Infinitas, con tanto que hacer, me siento abrumada por el no-final.

 

Somos muchas dando(o intentando dar) forma a las urgencias,

Mientras a la vez intentamos imaginar cómo será el mundo pos-pandémico.

Mi yo más optimista quiere imaginar que no nos olvidaremos de esto,

Que seguiremos trabajando anclando los pilares que en estos días son semillas y finas raíces.

Mi otra yo, la que tiene los pies más anclados en la tierra,

piensa que en cuanto podamos volver a la calle,

todo este tiempo-brecha en el que nuevas creaciones colectivas son posibles

(y muy necesarias), se desvanecerá como si de un tiempo-sueño se hubiera tratado.

Seguramente existirá un punto medio.

Y ojalá que esté en un lugar llamado transformación colectiva.

 

 

Ahora, sentada en este balcón pequeño y tan lleno de vida estos días,

miro el resol del mediodía, me fundo en las nubes,

miro el cerezo que he visto florecer desde el principio de la temporada,

y respiro hondo buscando algo de certeza en mi interior.

 

Tecleo rápido, mientras pienso en que “no llego”.

Las listas llenas de tareas del montonazo de frentes me esperan en mi despacho.

Mi vida era intensa, yo lo soy.

Sin embargo en este tiempo de supuesta pausa, todo a mí alrededor se ha acelerado.

Reuniones entre “grandes” e impostoras que asoman,

sostén emocional, consultas sobre ciclos menstruales en caos,

amigas que me comparten cosas que me dan la Vida,

varias noticias de proyectos futuros que nunca hubiera imaginado…

 

Y sí, si alguien me lo pregunta, estoy bien.

Sea esto como sea.

Para mi dormir largo, comer rico y sano, hacer (algo de) ejercicio y escribir,

podrían ser los 4 pilares básicos.

Y los estoy haciendo.

Rascando de aquí y de allí consigo volver a mí, a mis entrañas,

A este nuevo norte que seguramente apunta a Venus,

Brillante y luminosa cada anochecer esperándome en el oeste.

Hoy, asomará con la luna llena de este abril tan extraño.

En esta primavera que parece que nos han robado,

Y que a su vez, crece y florece más verde y con más fuerza que nunca.

 

En este momento histórico de vida-muerte-vida,

Recordemos los abrazos que nos daremos,

Tengamos presente todo aquello que podemos (y queremos cambiar),

en pos de esta tan necesaria equidad,

observemos nuestros privilegios desde la mirada compasiva,

accionemos para ponerlos (y ponernos) al servicio.

Y sobre todo, aunque parezca perdido (y/o danzante) no olvidemos que dentro,

Tenemos un norte/sur que nos dará las pistas sobre hacia dónde seguir caminando,

Y ojalá que estás,

nos lleven hacia ese mundo nuevo que tanto ansiamos.

 

7 de abril del 2020. Luna Llena. Trans. Ovu día 8.


*La maravillosa ilustración es de Gemma Capdevila

 

Economía Feminista y Cuerpos (Parte 1)

Economía Feminista y Cuerpos (Parte 1)

Comencé este proyecto hace ya 3 años con idea de articular dos ideas que aunque parecían alejadas, ambas me latían fuerte. Me planteé el reto de ir articulando-las: El ciclo menstrual y la perspectiva de la Economía Feminista.

Estoy segura que aún me (nos) quedan emocionantes viajes y muchas derivas, sin embargo hoy quería contarte, que he llegado a un segundo puerto que he titulado Economía Feminista (EF en adelante) y los Cuerpos. [Si quieres leer el comienzo de este balbuceo, puedes leer este artículo: EF. Construyendo puentes]

Cada vez lo tengo más claro: Si la economía es en sí misma la forma en la que nos organizamos (actualmente con el capital en el centro), va a resultar imposible que (bien) vivamos en este sistema lineal siendo como somos, cíclicas (bien porque somos un cuerpo menstruante o bien porque los procesos de la vida, nunca, nunca, son planos).

Desde lo que más profundamente me atañe, diré, que de base no hay posibilidad de respetar nuestra danza hormonal cuando a cada rato, nos topamos con todo tipo de actitudes derivadas de la violencia lineal estructural, que mantiene hegemónicamente (la acumulación de) el dinero en el centro.

Y así, aquí, en este puerto, es donde continúo integrando la cultura menstrual y la economía feminista desde la perspectiva de cuidarnos y de poner (de forma práctica y real), los cuerpos en el centro.

 

TIEMPOS PRECARIZADOS Y CUERPOS QUE VAN A LA DERIVA

La palabra autocuidado se ha puesto de moda y pudiera parecer que al tenerla en la boca y leerla en las redes y medios nos cuidamos, pero ¿Cómo lo hacemos? ¿Desde dónde? ¿Hay dinero de por medio? ¿Y sigue siendo el money imprescindible para hacerlo?

En este tiempo de “itxurokrazia” (término en euskera que alude a que estamos regidas por las estéticas. Su traducción podría ser «esteticracia») que vivimos, pudiera parece que hay que consumir de todo para autocuidarse. Sin embargo, esto es una apropiación (más) del capitalismo, en la que el cuidado (y cuidarse) se asocia directamente con el consumo de todo tipo de cosas para que supuestamente estemos «mejor».

Lo que ocurre es que para cuidar(se) sobre todo, y bajo mi punto de vista-vivencia, lo que se necesita es tiempo: Para pararme a sentipensar qué quiero, para registrar y conocer las decesidades de mis fases, para acoger a otras, para cocinar rico, para poder participar en proyectos colectivos… ¡Para todo! y sobre todo para que ese “todo” sea reflexionado y no nos suponga un agobio extra.

Con lo que cuanto menos tiempo tenga, más posibilidades de que el cuerpo vaya a la deriva, siempre unos pasos por detrás de nuestra mente (arrastradas por los “debería”) y montadas en el tren de alta velocidad en el que vamos. Y si además, consumimos más y más para ese supuesto autocuidado, es muy probable que tengamos que tener más dinero, y con esto, según mi propia vivencia-formula, menos tiempo.

[Sobre el tiempo, como concepto, te cuento más en estos 2 artículos: El Tiempo/Los Tiempos (Parte 1) y (Parte 2)]

 

¿DÓNDE ESTÁN LOS CUERPOS? ¿DÓNDE ESTA TU CUERPO?

¿Pero entonces, dónde están los cuerpos en la Economía? ¿Qué consideración les/nos tenemos a la hora de organizarnos?

¿Acaso existen en algún lugar? ¿Cómo hacemos una lectura de estos, dentro de este complejo sistema?

¿Cuál es su  lugar a la hora de organizarnos? ¿Y los procesos que vivimos en ellos (en nosotras)? ¿Dónde está tu ciclo menstrual-ovulatorio (y todo lo que vives con este proceso) en los lugares donde habitas?

Necesitamos hacernos estas preguntas y que lleguen a todos lados: Grupos de amigas, colectivos de todo tipo, empresas y cooperativas, espacios comunitarios,… sin que saquemos los cuerpos y nuestros procesos de los armarios, difícilmente podremos ponerlos en el Centro, y relegar así al capital (un poco más) hacia la periferia.

 

CULTURA DE LOS CUERPOS (CUIDADOS)

A pesar de ser imprescindibles para el funcionamiento integral de esto que llamamos Vida, están relegados a lo más hondo del iceberg de las opresiones (encuentras la imagen en el artículo que he mencionado antes). Ningún proceso reproductivo computa en el PIB  y nada de lo que tiene que ver con estos (más allá de la mente y sus capacidades, que también es Cuerpo) está considerado en ningún lugar. Simplemente parece que no existen, aunque sin ellos, no seriamos nada. Y por supuesto, no existiría el capitalismo.

Este sistema lleva desde siempre ocultando que los cuidados que hacen que la vida se (re)produzca, y la realidad es que fuimos paridas y criadas, y que en toda nuestra vida, seguimos requiriendo de cuidados; físicos, psicológicos, emocionales, colectivos… Todas y todos los hemos necesitado, los necesitamos y los necesitaremos.

La cultura de los cuerpos (cuidados) y de los procesos acogidos aún no tiene (casi ningún) lugar en esta forma de economía caníbal en la que estamos, por esto, es importante ir integrando los Cuerpos y los procesos para que así, pueda realizarse una transformación de raíz, de entraña, de emoción cuidada, de proceso acogido.

 

Hago una pausa por aquí. Habrá segunda parte en breve 😀 Si te apetece, estaré encantada de leer tus respuestas en los comentarios. Como siempre te digo, estas “nuevas” formas de organizarnos las crearemos juntas, o no serán 🙂


*La ilustración de este post es de Itxasne Illustration 

El poder de la(s) duda(s)

El poder de la(s) duda(s)

¿Cómo crear otras realidades-ficciones? ¿Podemos imaginar cómo serían estas? ¿Alguna vez has hecho el ejercicio de pensar cómo (de veras) te gustaría que fuera tu Vida (con mayúscula si, de vida que merece ser vivida)? ¿Cómo acoger las dudas en un mundo lleno de (supuestas) certezas (que se derrumban)? ¿Son estos interrogantes las semillas de esas otras realidades-ficciones con las que soñamos?

Nacemos (dicen) como una hoja en blanco. Un lienzo suave y brillante que pronto comenzarán a pintar quienes nos rodean. Será nuestra madre (o quien haya ocupado su lugar), nuestro padre o personas que nos cuidaron las que poco a poco nos irán contando cómo es el mundo, mientras pintan con sus colores nuestro cuadro-cuerpo. Aunque cabría preguntarse… ¿Cómo es el mundo? O ¿Cómo es que ellxs lo ven?

 

Creencias añejos y honrar lo ancestral

Hay una fina línea entre observar y conocer las creencias aprendidas (y que ya no nos sirven) y la de honrar lo ancestral (uso esta palabra para cualquiera de nuestrxs antecesorxs). Hay cosas que por supervivencia es bien que consideremos y sepamos (como por ejemplo que los semáforos se pasan en verde o que el fuego quema). En cambio hay otras, que por el miedo, recelo, privilegio, etc. de quien nos las contó, pueden tornarse fuertes resistencias en el camino que decidimos (propiamente) andar.

Estas palabras le son atribuidas a Gandhi:

“Tus creencias se convierten en tus pensamientos,

tus pensamientos se convierten en tus palabras,

tus palabras se convierten en tus actos,

tus actos se convierten en tus hábitos

tus hábitos se convierten en tus valores,

tus valores se convierten en destino”

A mi esta cita me resuena con cómo las creencias pueden marcar nuestro destino. Es decir: que lo que piensas sobre determinadas cosas, te dará la posibilidad de ir por unos determinados caminos (y no por otros), relacionarte con determinadas personas (y no con otras), y en definitiva, esto será lo que marcará tu rumbo.

Como ejemplo ubicado están las miles de dudas que hemos planteado (y planteamos) las Compas que trabajamos por y para la cultura menstrual. Sin estos cientos de interrogantes, el nuevo imaginario relacionado con el ciclo menstrual (y toda su/nuestra cosmovisión cíclica) que estamos construyendo simplemente no existiría.

 

Aburrida de polaridades

Una de las creencias más arraigada en nuestro sistema es que todo se nombra de forma polar. Que si bien y mal, que si guapa y fea… y esto se mantiene de forma (semi)camuflada en algunas corrientes de pensamiento “positivista”.

Como ves en este artículo en ningún momento (hasta ahora, jejeje) he hablado de las famosas (en determinados mundos) creencias limitantes. Bajo mi punto de vista todas las creencias pueden serlo, sobre todo si bajo ningún concepto quieres cuestionarlas. En cambio, si por ejemplo detectas una de estas con alguna guía tipo coach, ves tu (supuesta) limitación e intentas (acompañada del terrible: ¡Tú puedes!) atravesarla (o superarla, como dicen), puedes pegarte un tortazo que te quite las ganas de intentar nada nunca más.

Las creencias (también) son la forma en la que hemos conseguido (sobre)vivir, por lo tanto, tienen un valor. No son ni buenas ni malas. Nos han traído hasta aquí, la pregunta es: si es por aquí por donde queremos seguir caminando ahora. Es decir: ¿esta creencia me sirve?

 

Por ejemplo, Sense8

Soy seriefila. Sip. He de admitir que desde hace unos años amo las series y ando buscando (cual buscadora de oro en el far west), aquellas que me acompañen a imaginar, perfilar, balbucear nuevos imaginarios. A veces caen típicas y mainstream, que no me aportan gran cosa más que entretenerme, y otras, doy con la pepita brillante que me deja meses (años¿?) pensando en ella.

Sense8 es una de esas series que aún vive en mi cabeza (what going ooooonn, and i said… eeeeieeie-e-e eieieeee… i said hey! Whats going onnnn) y que me hace dudar (entre otras muchas cosas, y a pesar del final precipitado que le dieron a esta maravillosa obra de las hermanas Wachowski) si las conexiones más allá de lo matérico pueden existir y existen. Personalmente creo que sí, pero esto lo dejaremos para otra ocasión :p

Necesitamos nuevos y renovados imaginarios, y estos, saldrán/nacerán/mutarán de todo lo que (nos) cuestionemos, y de aquello sobre lo que tengamos el valor y la alegría de dudar.

Cuestiónate,…/…si aún estás de acuerdo y sigues pensando lo mismo, te verás reforzada y tendrás mas argumentos que validen lo que sentí-piensas. Te recomiendo mucho ver este TED: “Desencajando creencias” (Mario Guerra)

 

Realidades inciertas, energías limitadas y dudas que explotan en más interrogantes

Más allá de lo que nuestras creencias nos limiten, lo que sí es limitado es la energía que tenemos para llevar adelante nuestro día a día. Y dado que muchas vivimos realidades precarizadas, y esto ya per se es una incertidumbre como un campano, puede resultar complejo (y agotador) continuar dudando de aquello (que con más o menos suerte) nos funciona. Si, dudar cansa y por ello, te propongo hacerlo únicamente cuando tengas (o cuando te guardes) energía para ello, de forma activa, consciente, sin que cuestionarte tenga que ver con intentar atrapar la mona-loca que anda de rama en rama en tu cabeza.

Dudar como acto de rebeldía, dudar como algo que empieza en ti y va al encuentro de la otrx, dudar como forma de resistencia, dudar, no para tener la respuesta perfecta, sino para aprender a acoger los nuevos interrogantes que aparezcan.

Por supuesto, en nuestra ciclicidad (y fases de la vida) las dudas serán diferentes: ¿Hay en alguna fase en la que dudes de forma intensa? ¿Qué tipo de dudas te surgen en cada una de las fases? ¿Eres (como yo) de Premen existencial y Preovu practicista?

 

Seguimos hablando de esto último en una futura segunda parte. ¡Qué no tengo duda de que este tema da para mucho!


*La imagen del post está pintada con mi sangre menstrual. Encuentras más imágenes-experimento en La Galería.

Acompañarnos (procesos personalizados)

Acompañarnos (procesos personalizados)

Todas nos acompañamos. Como humanas y siendo bio-psico-sociales (e interdependientes), sabemos hacerlo (con más o menos habilidad) desde siempre. Para mí, lo importante aquí es el valor que le damos en nuestra realidad a esta “tarea” que ha sido y sigue siendo invisibilizada. Considero además, que es La herramienta para salir del individualismo que nos persigue (y que nos venden) día a día.

El caso es que además, llevo un tiempo dándole vueltas a que quiero contarte este trabajo/servicio que también realizo dentro del proyecto (encuentras el dossier aquí). Necesito hacerlo por estas razones:

  • Cada vez son más las que están confiando en mí para que les acompañe, lo cual me da punch y alegría.
  • Necesito sacar del armario este trabajo que llevo haciendo (de forma comprometida y sistemática) desde hace 4 años y dejar de invisibilizar(me)lo.
  • Quiero darle el lugar que merece más allá de ese apartado (escueto y casi escondido) que tiene en el espacio “¿Nos encontramos?” de la web.
  • Deseo acoger a la impostora que me recrimina una y otra vez que esto no es para tanto.
  • Todas nos acompañamos y hacerlo es lo que nos da red, contención y posibilidad de crear juntas esas otras realidades-ficciones. Considero que, en estos tiempos de soledad imperiosa y de esa falacia que es la independencia absoluta, esto es resistencia.

¿Me acompañas y te cuento?

 

El “trabajo” de acompañar (emocionalmente)

Sabemos (vamos sabiendo y siendo conscientes) que son un montón de trabajos invisibilizados los que las mujeres* durante siglos (siempre) hemos realizado para sostener la vida. Aún, todos estos se encuentran en la parte del iceberg (encuentras la imagen, aquí), y nosotras mismas, muchas veces no somos capaces de valorarlos/nos. Probablemente los más “sencillos” de ver sean los que sostienen la vida de forma física: Lavadoras, compras, comidas, limpiezas…

Sin embargo, bajo mi punto de vista existe un tipo de cuidado que aún resulta más invisibilizado probablemente por la no-cultura de emociones que tenemos, este es el cuidado emocional. El cual implica, contención, escucha, resolución, ideas o sencillamente, poner el hombro para que alguien llore contigo. Lo cual es un regalo si tienes la energía y el tiempo para hacerlo, y si la otra persona lo permite.

Sin este pilar, que aún no se tiene en cuenta como “trabajo”, no sería posible la creación de vínculos íntimos (al menos es como yo lo siento), recíprocos, cuidados y tampoco tendríamos la capacidad de si por ejemplo tenemos un día de mierda, soltar, liberarnos y renovarnos así.

Quizá se nos hace difícil verlo como “trabajo” porque asociamos esta palabra al esfuerzo productivo y no al cariño que le tengamos a una persona. Sin embargo, cabe recordar ese mantra que tenemos inscrito en los huesos de que las mujeres* hacemos todo por amor. Y está bien que lo hagamos, por supuesto! Aunque no olvidemos el tiempo y energía que invertimos mientras acompañamos, y pongamos en valor, lo mucho-muchísimo que podemos aprender sobre los procesos, las emociones y la vulnerabilidad mientras lo hacemos.

Es tan importante aprender a acompañar, como a dejarse ser acompañado.

 

Bidelagunak, esta palabra tan bonita

En euskera tenemos un término que para mí define mucho mejor lo que me late y lo que hago. Su traducción literal es “amiga de camino” y conjugado decimos bidelaguntzak, que viene a ser “ayudas en el camino”.

Este concepto, poco o nada tiene que ver con ser coach (hice un curso el año pasado con el que me confirmé que no era eso lo que quería ser). Yo más bien (me) ofrezco para acompañarte a ver tu realidad, y desde ahí, observar si tus tiempos y energías están ubicados como tú quieres. Para después, continuar caminando (juntas) hacia esa vida que merece ser vivida (tanto individual como colectivamente) que tú quieras (y puedas), acompañada de tus dones y talentos, y por supuesto también de tus límites. Todo ello, claro está, con perspectiva cíclica, que es imposible dejarla fuera 😉

 

Te acompaño

Como te decía al principio ya van a ser 4 años los que llevo acompañando de forma comprometida y sistemática. Quiero decir, que no son acompañamientos puntuales (que también, por supuesto) sino más bien, procesos-trabajos cuidados que implican tiempo y energía y de los cuales he aprendido (y sigo aprendiendo) muchísimo.

En este tiempo estoy  acompañando a una amiga que trabaja en una empresa “tradicional” y que casi tocaban la quiebra cuando comenzamos, también he acompañado a otra amiga (y compañera de proyecto “alternativo») a ubicar-se y sentirse (como ella me decía) menos sola, y en este último tiempo, acompaño también a otras dos personas cercanas que están en proceso de re-ubicación de sus realidades. Con ambas estoy trabajando su realidad de tiempo-energía “completa” (incluyendo cuidados, relaciones y proyectos propios) y también estamos adentrándonos juntas en el mundo de los dineros.

Con todo esto te digo que quiero dar el salto e ir más allá de las relaciones amigas. Porque creo que puedo hacerlo, y sobre todo, porque quiero hacerlo.

 

El proceso/Los procesos

No son procesos que sepa a donde nos llevaran y aunque esto sé que no es algo que a priori “venda”, vender, no es para nada mi intención ni mi objetivo. Internet esta llenísimo de cursos/personas que ofrecen promesas de que te harán millonaria y todas esas cosas, y esto, nada tiene que ver con mi propuesta.

Yo paso de perpetuar el capitalismo y de poner el dinero en el centro (sin obviar que necesitamos dinero, para lo cual acompaño los procesos con mi ensayo de ‘Se una Padrina’). Para mí lo importante es poner(te) tu vida/cuerpo en el centro, acompañarte a verlo con toda la claridad que podamos, utilizando diferentes herramientas que enraízan y otras que ayudan a desplegar las alas.

Así, los procesos son orgánicos, personalizados, y por supuesto, cuidados en tiempos y energías. Van desde lo más matérico hasta lo más emocional. Porque todo es importante e imprescindible para la creación de la Vida, esa que integra ese Todo en el que nos habitamos (incluidas relaciones, trabajos de cuidados y todas esas “cosas” que por nuestro sesgo de género y por nuestra cultura hegemónica muchas veces olvidamos).

  • INDIVIDUALES: Los procesos individuales pretenden ubicarte en tu realidad y continuar caminando hacia esa Vida que quieres, en la que en el centro, estás tú (y si es el caso, también tu ciclo menstrual).
  • COLECTIVOS/DE PROYECTOS/DE EMPRESAS, COOPERATIVAS o ASOCIACIONES: Los colectivos son “meta-acompañamientos”, es decir, partimos de ti, y analizamos tanto tu realidad como la del proyecto. Al haber más de una persona implicada, vemos las realidades individuales y a continuación conjuntamos estas en la realidad colectiva.

 

Todo esto nace de mi cuerpo

¿De dónde podía nacer sino? Lo que procuro replicar con estos acompañamientos es mi propio proceso, este que sigo realizando (muy bien) acompañada por las personas cómplices con las vivo y creo (puedes leer más sobre cómo es esto en «De danzas y procesos creativos«). También avanza porque durante estos años he realizado diferentes cursos que me dan pistas, así como talleres que me dan la oportunidad de ver los retos a los que nos enfrentamos en este tiempo que nos ha tocado vivir.

No tengo titulación que avale esto. Lo que tengo, como dice Haraway, son conocimientos ubicados/situados(1), véase, acompañamiento en informática a señoras en la época del Windows 95 (¡qué tiempos!), 10 años detrás de la barra de nuestra cafetería (¿me convalidarán alguna carrera con esto?), etc. Además, soy autodidacta y persigo lo que me late con horas de vídeos y charlas, miles de artículos y muchas-muchas pruebas-experimento que primeramente siempre me auto-implemento. Me gusta jugar(mela) y lo hago con gusto (y mucha seriedad y compromiso), porque creo que es difícil construir mundos nuevos con ladrillos viejos, así que, menos coaching capitalista y más procesos de acompañamiento en economía feminista :p

Dicho todo esto, si te interesa que te acompañe, puedes contactarme desde AQUÍ y vemos si lo que necesitas y lo que puedo ofrecerte con-juga. Si es así, estaré deseando que (con)jug(u)emos 😉

Y no lo olvides: Acompañarnos (nos) trasciende y es resistencia, porque nos hace continuar juntas, y Juntas, como dicen La Mare y Eva Sierra, «Juntas, vencemos la muerte«, compañera 🙂


(1) https://es.wikipedia.org/wiki/Conocimiento_situado 

*La ilustración de este post es de Sara Fratini

Inspiraciones 2019

Inspiraciones 2019

Cambiamos de año según la cuenta gregoriana. 13 nuevas lunas por delante. Cambiamos también de década. 2020 is coming. Y con ello, este año también he decidido poner por aquí aquello que me ha inspirado, me ha hecho pensar y me ha acompañado a seguir divagando, jugando, divirtiéndome, cuestionándome… En la segunda parte en este post, también encontrarás un ejercicio-dinámica para marcar tus hitos de este 2019. Importante (como siempre digo) saber donde estamos para proyectar hacia donde nos queremos dirigir 🙂

Recuerda que en el blog encuentras las inspiraciones del 2018 y del 2017. En estos post tienes más recursos, que bajo mi punto de vista, siguen estando de plena actualidad para seguir… ¡inspirándonos!

 

?? LIBROS

  • LIBRO: Pensamiento monógamo, terror poliamoroso (Brigitte Vasallo). Después de leer este libro afirmo (propongo) que cada vez que digamos que nuestro sistema es heteropatriarcal y capitalista le añadamos otro apellido más. Nuestro sistema es monógamo, igual que nuestras formas (hegemónicas) de relacionarnos.
  • LIBRO: Soberanías. Una propuesta contra el capitalismo (Diversas autoras). «Este libro es una propuesta para la discusión, el debate y la acción que parte de la convicción de que no hay recetas ni programas perfectos a la hora de avanzar hacia la transformación social. Es un marco para un diálogo fecundo con todas aquellas personas interesadas en este proceso. No tenemos ninguna duda de que abandonar el capitalismo como marco de las relaciones sociales es urgente y necesario para nutrir nuestras vidas y vivirlas plenamente, y que nos hace falta comenzar a hacer el tránsito, desde ahora mismo, hacia la construcción de una sociedad mejor para todos y todas.»
  • LIBRO: Valerosas 1 y 2 (Pénélope Bagieu). Fantástico libro-cómic con un montón de historias de mujeres* brillantes y tremendamente Valerosas.
  • LIBRO: Economía Rosquilla. 7 maneras de pensar la economía del siglo XXI (Kate Raworth). Sin duda, hay otras formas de pensar la economía, por ejemplo, atendiendo a que quienes la crean son las personas que habitamos la Tierra. «La autora propone siete maneras distintas con las que aprender a pensar como economistas del siglo XXI. Cambiar los objetivos, cultivar la naturaleza humana, ver el panorama general, diseñar para distribuir la riqueza, crear para regenerar, son algunas de estas propuestas que el manual desarrolla a fondo. «

 

?? CANCIONES

  • Es mejor caminar (Pilu Velver versionando a Revolver): Admito que soy bastante obsesiva con las canciones. Y esta, la habré escuchado durante estos meses como… 1000 veces ¿? Esta canción me conecta con el miedo y me acompaña a acogerlo y seguir adelante. Adoro a la cantautora Pilu Velver, tanto sus versiones, como sus canciones «originales».
  • Eraso sexistarik ez (Yogurinha Borova): En verano tuve ocasión de estar en uno de sus shows y me encantó. ¡Fue muy muy divertido! Esta canción es en euskera, aunque tiene otras en castellano. Grande Yogurinha 😀
  • Primavera nuestra (María Ruiz y Eva Sierra): Ha sido banda sonora sobre todo de momentos-mierder este año. «Siiiientelo, llegan las revoluciones, de morado, de rabia, de flores, primavera nuestraaaaaa».
  • Peces de ciudad (Versión de Rozalen): Esta canción pertenece a la banda sonora de mi Vida, me recuerda a mi Maa y esta versión de Rozalén me encanta.
  • Vamos sobradas (Tremenda jauría): Perreo del güeno, del feminista, para celebrar la Vida y que nuestra revolución sea bailando. Son tremendas las Compas de Tremenda jauría, en serio, dale al play y ¡a bailar!

 

?? CHARLAS / DOCUS

 

??BALANCE-RECETA

Este ejercicio ya lo he propuesto antes. Sip, lo se. Lo que ocurre es que me resulta tan revelador hacerlo cada año, que es por esto que me repito. Esta vez te lo cuento en modo receta 🙂

¿Qué necesitas?

  • Tiempo de calidad en el cual no seas interrumpida (entre 2 y 3 horas según el grado de profundidad)
  • Un espacio propio (o un lugar tranquilo)
  • Una infu rica-rica y calentita (opcional)
  • Tu agenda, cuaderno(s), registro(s)… de este 2019

¡Vamos allá!

PASO 1: Comienza desde enero y ve marcando con algún color esos eventos, citas, regalos, procesos, trabajos, cuidados… que hayas realizado y que consideres que tienen un valor en tu proceso de vida. Anótalos en un hoja aparte, uno por uno en modo lista. Si tienes redes sociales (virtuales) también puedes darte una vuelta por estas para ver qué cosas has compartido y qué es lo que te ha acontecido durante el año (pero por favor, que sea un rato especifico, y luego, vuelve al papel).

PASO 2: Coge cada uno de los puntos de la lista y profundiza en ellos. ¿Cómo te sientes ahora con aquello que te ocurrió? ¿Cómo te sentías en ese momento? ¿Qué es lo que te ha dejado esa experiencia en tu vida? ¿Qué cosas nuevas (o renovadas) has aprendido con lo que te ha ocurrido? ¿Consideras haber visto algún nuevo don o talento en ti? ¿ Y algún limite que desconocías?

PASO 3: Respondiendo a las preguntas que planteo arriba (y a otras que a ti se te ocurran) tendrás la perspectiva de todooo lo que te ha ocurrido durante estos últimos 365 días. Y quizá (eso espero) veas más claro hacia donde quieres seguir caminando en los próximos meses. Entonces, ¿hacia dónde es?

PASO 4: Paloma Todd de Luna de Abril (ferviente inspiradora para mi este 2019), nos deja estas preguntas que considero muy reveladoras para el final del ejercicio: «¿Qué he cosechado en este ciclo? ¿Cuales han sido mis logros, mis pérdidas? ¿Mis aciertos y mis errores? ¿Qué me gustaría corregir, mejorar, refinar? ¿Qué no necesito más? ¿Qué se cierra? ¿De qué me despido? ¿En qué área de mi vida siento que he cerrado una puerta, he puesto un límite, he dicho no?«

 

Eiii!!! No olvides dejarnos en los comentarios tus recursos inspiradores 2019. Y si quieres, por supuesto, cómo te has sentido al hacer el balance.

Te deseo un año genialérrimo y que juntas, sigamos inspirándonos y creando esas realidad tiernas con las que soñamos y que a veces, incluso habitamos.


*La ilustración de este post es de Patricia Corrales.

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies