Inspiraciones 2022

Inspiraciones 2022

Me gusta mucho ‘recoger’. Cerrar. Ordenar y archivar. Recapitular. Poder sacar conclusiones. Normalmente, siempre es consecuencia de un Trabajo Hecho. Que aun no siendo perfecto, seguramente, habrá sido necesario… Yo cierro 2022 satisfecha y sonriente. Aunque ha habido ratos grises (y gris-oscuro-tirando-a-negro también), considero que he hecho un buen trabajo. Lo sé porque me siento agradecida y ciertamente conmovida por las propuestas que me sigue trayendo la Vida en este camino que inicié hace ya 7 años.

En este texto vengo a compartirte las inspiraciones TOP que durante este año 2022 han sido imprescindibles para seguir dando pasos hacia esa Vida que merece ser vivida (para todes). Honro y agradezco mucho cada una de las referencias que te comparto aquí abajo. Deseo que las disfrutes y también que, si te sirven, las difundas.

Ya llevo unos años publicando este post a finales de año. Y aunque en el 2021 no hubo (terminé el año con el bitxo-covid), puedes ver los de los años anteriores aquí: Inspiraciones 2017aquí el del 2018, aquí el del 2019 y aquí el del 2020. En todos ellos encuentras joyas que siguen vigentes 🙂

 

ESPACIOS COMUNITARIOS EN (LA) RED / REFERENTAS

Este año he pasado muchas horas compartiendo tiempo/espacio (a veces en directo) con Compas de las redes virtuales a las que estoy suscrita (y pertenezco). Te cuento cuáles son a continuación, todas son pura inspiración:

 

  • Paula (yLaVida.com): Paula, es una astróloga tierna y terrenal. Al terminar el anterior ciclar con Venus, Paloma Todd la recomendó y me uní a su propuesta. Por medio de audios y encuentros zoom, he tenido la alegría de seguir corpo-aprendiendo sobre lo que las estrellas y los planetas nos cuentan, especialmente en el acompañamiento que estoy realizando con ella(s) en el Camino de Venus. Tiene una plataforma que te recomiendo mucho llenita de recursos brillantes (AQUÍ), y si quieres saber más sobre su propuesta para el 2023 o para el ascenso de Venus, AQUÍ tienes toda la info.

 

  • Mariana Matija (Comunidad Ser Tierra): Sigo desde hace tiempo a esta cuidadora de la Tierra maravillosa e inspiradora. Primero fue leyéndole en su proyecto ‘Animal de Isla‘, y tras participar en el encuentro online ‘Ser Tierra’ decidí estar en su comunidad de Patreon. Me parece un lugar cálido y lleno de sabiduría corpo-terrenal. Mi mente necesita ‘moviditas chispeantes’ que me acompañen a pensar/sentir y a seguir buscándole un sentido a esto de vivir, y las que me estoy encontrando en este espacio son además caricia tierna. Puedes leer sobre (el trabajo de) Mariana AQUÍ, y unirte a esta bonita comunidad de cuidadorxs de la Tierra AQUÍ.

 

  • S1S4 (Comunidad de Erika Irusta): Por supuesto, sigo participando (ya son 7 añazos) y currando, en la genialérrima comunidad SoySoy4.com, que aunque ha mutado (¿y qué no?), sigue siendo un espacio seguro, cálido y de gran potencial para la vinculación de perras verdes (y menstruantes) de todas partes de la Tierra. Es un sitio-virtual que te recomiendo, tanto por los cursos chulos que hay, como por las posibilidades de vinculación que existen. ¿Te vienes? Tienes toda la info AQUÍ.

 

  • Ara!Gorputz Koop. (canal de difusión de Telegram): Vale, tienes razón, este recurso no es un espacio para compartir como los anteriores, pero es nuestro, y estoy taaaaan contenta 😀 Este año hemos dado el paso de conformarnos como cooperativa (nacimos en 2018 como asociación). Y aunque todo nuestro trabajo es principalmente en euskera (AQUÍ nuestra web), si quieres puedes seguir nuestra trayectoria en ESTE canal de Telegram.

Hemos hecho proyectos bien chulos y como muestra, AQUÍ encuentras este ‘Diario del Buen-Vivir‘ (para realizar un registro anual relacionado con la perspectiva de la Economía Feminista) que hemos realizado en colaboración con la red Finantzaz Haratago (euskarazko bertsioa, HEMEN). Si te apetece estaré encantada de recibir tu feedback sobre esta joyita 🙂

[Pronto publicaremos también un video de presentación de las Escuelas de Economía Feminista que hemos realizado con mucho amor comunitario y con la financiación de MunduBat, en 2 versiones: una en euskera y otra con subtítulos en castellano]

 

*Una nota sobre estos recursos: Como habrás visto son de pago (aunque, por supuesto, ninguna de ellas me paga nada ;)). Vengo observando como las redes que llamamos ‘sociales’ (pero que en realidad son comerciales) ya no son un espacio cómodo para mí. No siento seguridad y cada vez me da más pereza (como habrás observado si ‘me sigues’ en fb o en ig), compartir por estos canales.  

 

PODCAST/AUDIOS

Los podcast y los audios son imprescindibles en mi día a día. Amoro (amo/adoro) oírlos preparando la comida, paseando o pintando. Y además, sé que son el abono que necesita mi mente para seguir creando, y los temas que elijo son un claro indicador de mi deriva corpo-intelectual:

 

 

  • Traficantes de Sueño (Nociones comunes): Esta editorial tiene una universidad experimental en la que hacen cursos muy interesantes. AQUÍ tienes la info. Pasado un tiempo liberan las sesiones, y realmente son muy recomendables. Yo los escucho desde la plataforma SoundCloud, AQUÍ está su canal de podcast. Entre los que he escuchado este año están estos: «¿Abolir la familia?», «Utopía radical», «Ecologismo o barbarie» y «Amores Subversivos». Cada cuál más interesante que el anterior.

 

MÚSICA

Y aquí unas cuantas canciones que han sido caricia:

 

 

 

LIBROS

 

  • «El bucle Invisible» Remedios Zafra (editorial Nobel, 2022)

Cada vez que Remedios publica libro me pongo muy contenta. Llevo años siguiendo su trayectoria, leí ‘El entusiasmo’ embelesada y confundida. Pensé: ¿Esta mujer me ha estado espiando?, después con ‘Frágiles’ entendí que somos muches las que vivimos-creamos-trabajos desde nuestras habitaciones propias conectadas y ahora con esta brutal obra dedicada a los bucles que generan los algoritmos en nuestras vidas-trabajos, veo que lo no-visible y lo invisibilizado (tanto en el ámbito de internet como en lo más tangible), guía nuestras aceleradas vidas. Te recomiendo mucho este libro y todo el trabajo de Remedios.

  • «Como (no) hacer nada. Resistirse a la economía de la atención» Jenny Odell (editorial Ariel, 2021)

No me voy a liar en explicarte lo que ha significado este libro para mí, porque fue tanto, que decidí dedicarle un post (lo encuentras AQUÍ). La vida sucede en aquello en lo que ponemos atención. El resto queda fuera. No tenemos demasiado margen de decisión en nuestras saturadas y precarizadas vidas, pero si queda algún resquicio, aún estamos a tiempo de dedicárselo a eso que aún late. Este es un libro afilado, que al mismo tiempo es caricia. Muy recomendable.

  • Lisipe bilduma (Colección Lisipe, en euskera)

Este año he leído mucho en euskera. Me está sirviendo mucho leer en mi lengua materna, la estoy pudiendo re-significar y darle el valor que siempre ha tenido aunque yo no lo haya podido sentir así. En estas lecturas, mi mayor atención se la he concedido a la colección de ensayos feministas Lisipe (de la editorial Susa). Me he leído todos los que hay en la biblioteca de Irun, y estoy ansiosa esperando a que llegue la recién publicada obra de Leire Milikua («Lur gainean, itzal azpian- «Sobre la tierra, debajo de la sombra») que habla de las mujeres rurales y la participación.

 

 

Ahora te toca, Compa, vengaaaa vaaaaaaa: ¿nos compartes tus inspiraciones 2022 aquí abajo? Para hacer este recopilatorio reviso redes, plataformas y mensajes que me van dando pistas sobre lo leído, visto, escuchado y sentido 🙂 ¡Te prometo que recapitular (y agradecer) es lo más!

 


*La foto de este post es mía. Quería compartirte que, además de todo lo dicho en este texto, la inspiración máxima de este año (ha sido y) es poder observar cada día la montaña Jaizkibel desde casa. Con nubes, con lluvia, despejada, con galerna, con los colores de otoño… 🙂

Resignificando la Oscuridad

Resignificando la Oscuridad

Ya ha llegado noviembre, y durante octubre no ha habido post. ¡Oh, Diosas! ¿Cómo ha podido ser? No he tenido energía, octubre ha sido bastante oscuro, y, ¿acaso voy a venir (otra vez más) a contarte lo sombrío de los abismos?

(¿Cómo estás tú, queride? ¿Qué tal te está yendo durante estas semanas movidas? No lo digo yo, lo dicen los astros. Hoy, día en el que tecleo, 8 de noviembre, Venus sigue en el inframundo, tenemos un maravilloso eclipse de luna en Escorpio, y más cosas que no soy capaz de contarte. Pero vaya, que la fiesta astrológica está servida… te invito a que, si te resuena, investigues. Para mi aprender a mirar el cielo oscuro, está siendo una de las experiencias más bellas y esclarecedoras de los últimos años).

Pues parece que si, que venirte a contar sobre lo que no se ve, es lo que único que puedo hacer. Eso sí, prometo hacer un intento de resignificación. Darle un giro. Contarte sobre mi proceso de hacerme un txokito (huequito) cálido y mullido allí donde la luz del sol no llega. O de como abrir paso a los rayitos que se cuelan para recordarnos que seguimos palpitando.

He intentado escribir múltiples veces estas semanas, la disciplina que tengo hacia mí con este proyecto, y hacia ti que me lees, pretende ser tierna y al mismo tiempo, está llena de compromiso. Si (me) digo “una vez al mes publicas un artículo”, lo hago o me enfado mucho. En realidad, como sabes, aunque este es mi juego (el que me acompaña a aprender a nombrar-me y a practicar la escritura como el arte que es), es un juego muy serio.

Ha sido mi querida amiga E. (compañera de relatos estelares y paseos entre lodos) la que me ha dado en la tecla. Ella, en este tiempo en el que estamos compartiendo un nuevo trozo de tramo-vida hablando mucho sobre lo que acontece en el cielo, me insiste en que vea la importancia que tiene nombrarme y decirme en mi camino. Con ella he sabido que tengo 2 núcleos de encuentros en mi carta natal muy determinantes para esto de “resignificar la oscuridad”.

El club de los Señoros…

Tengo a Marte, a Plutón y a Saturno en Escorpio. Los tres muy cerca entre ellos. Y para entenderme de que parte de misma estoy hablando, he decidido llamarles “el club de los señoros”. Marte, dios de la guerra, Plutón, dios de la muerte y Saturno, jefazo de los límites y de la autoridad, campan a sus anchas por el signo de lo profundo por excelencia: Escorpio. Cuando descubrí este pack de dureza, complejidad y oscuridad (innata) en mi carta, con todo el sarcasmo liberador de unas buenas carcajadas, me autodenominé “Reina del inframundo”. Luego, además, supe que mi Venus de nacimiento, está también en el inframundo (ejem).

…y la pandi de les que abren las brechas para que entre la luz

En Cáncer, sin embargo, y compensando la fuerza oscura (que no chunga como te contaré un poco más adelante), tengo al Sol, a Mercurio y a mi querida Venus (inspiración absoluta de estas últimas semanas). Este trío traería las palabras, la compasión, el arrope y el acompañamiento que también están en esto de caminar hacia (o en) El Buen-Vivir. Que, como sabes, es faro y horizonte para mis pasos.

La oscuridad como parte de lo no-visible (y de lo invisibilizado)

Quizá necesitaba articularlo (hacerlo, hacerme artículo) para comprender que es lo que ya llevo tiempo haciendo. Obvio que es más fácil hablar de los trabajos de cuidados tan poco valorados en nuestra sociedad o de como el capitalismo se sostiene en la reproducción de la vida que hacemos (mayoritariamente) las mujeres*, que contarte que la oscuridad que sientes en tus entrañas tiene un sentido.

Da miedo, pero está ahí, aquí dentro. Teóricamente, podemos hablar de que sin oscuridad no hay luz, o del Yin-Yang, o de lo que sea. Pero amige, tú y yo bien sabemos, lo complejo que es atravesar con todo el cuerpo ciertos procesos que implican mirar de lleno (y oler, y hasta saborear) la mierda podrida que tenemos en nuestros patrones, actitudes y formas de relacionarnos, con nosotras y con las demás personas. ¿Verdad? Pues eso.

Premen y Ereshkigal

En verano Paula (AQUÍ tienes más info sobre su trabajo), astróloga-tremendamente-inspiradora con la que estoy transitando camino, me propuso escribir ‘algo’ para compartirlo con el grupo de Venus. Y me salió de las entrañas escribir sobre las similitudes de la Premen, como fase oscura y llena de perlas de nuestro ciclo, y Ereshkigal, la (verdadera) Reina del inframundo, hermana de Inanna y complementaria a ella.

No me voy a liar más con esto, solo te diré que volví a tener la oportunidad de ver que lo mío va de poner luz donde está oscuro.

El texto se convirtió en audio, y si te interesa profundizar, lo encuentras AQUÍ.

Que no se apague la mecha, y que la linterna no se quede sin pilas

En este tiempo estoy sabiendo que la cosa va de aceptar que en todo esto hay una especie de misión para mí. Que no soy extra-sensible (o igual si y esta bien), que no lloro “tanto” por capricho, que lo oscuro no está valorado y, por tanto, darle el valor que tiene es un trabajo extra. Que no soy una pincha globos y que no tengo un problema por no saber divertirme en esa superficialidad que tantas veces es máscara de plástico.

Que a mí lo que me mola es escarbar, llenarme las manos de lodo, darme contra alguna piedra que no he visto de vez en cuando, indagar en aquello no visible (que muchas veces es no-vivible y, por tanto no vivido), y si se puede, hacerlo habitable, darle un sitio en lo que somos. En este tiempo, también me he autodenominado “Antropóloga abisal”, porque además de estar aprendiendo a ver (o intuir, o aprender a leer con la luz apagada) mis propias mierdecillas, también soy capaz de ver las de otres, las del sistema, y esto último, creo que no tengo que justificarlo más (si tienes dudas, puedes repasar los artículos del blog donde creo que queda confirmada mi “afición” por lo oscurito).

Resignificando la oscuridad

Paula nos recuerda una y otra vez que solo si entierras una semilla en la oscuridad, debajo de la tierra, en lo más profundo, será que esta muera, para dar paso a que nazca lo que ha de nacer.

Así, con todo esto, decido invitarnos a resignificar la oscuridad. Saber que son procesos-túnel en los que, si nos damos el tiempo y la presencia, aparecerán las perlas que serán nueva pila para la linterna, y nos darán la mecha y la fuerza-tierna que necesitamos para seguir latiendo llenas de la alegría de quien se sabe Viva.

Considero que solo así (mirando de frente) podremos dejar atrás actitudes violentas, formas de funcionar llenas de inercia (y muchas veces inertes) que nos hacen sufrir, y todas esas mierdecillas que, muchas veces, ni siquiera son nuestras-nuestras, es decir, que las hemos aprendido o las traemos “de serie” de los siglos y siglos de este fucking sistema patriarco-capitalista-neoliberal-etc.

Para estas expediciones (que como bien sabes, llegaran si o si), si puedes, te recomiendo siempre tener a mano tu mochila de herramientas y tu red de Compas. Sin ellas nada sería posible. Porque (también o sobre todo) la oscuridad, da mucho menos miedo con ellas, con elles cerca.


*La imagen de este texto es un mandala que creé (y pinté) durante un proceso de enfermedad que pasé a comienzos de este año.

Resistirse a la economía de la atención (y mirar árboles)

Resistirse a la economía de la atención (y mirar árboles)

“Como no hacer nada. Resistirse a la economía de la atención”. Este es el título del libro que he leído (con todas mis células) durante este verano. De Jenny Odell, a la cual le he cogido el cariño habitual que suelo coger a mis referentas que siento faro en esto de “construir realidades más tiernas”.

Entre otras están Remedios Zafra-que, por cierto, ¡tiene nuevo libro!-, Erika Irusta.-de la cual recibí la recomendación de este libro, entre tantas otras moviditas inspiradoras-, Mariana Matija-ecologista espiritual-terrenal adorable-, Amaia Perez Orozco-jefaza del discurso de la economía feminista- y Yayo Herrero-ecofeminista llena de ternura-.

Jenny es de EEUU por lo que, como my english is not very good, no le escribiré un mail para decirle lo mucho que me ha gustado su libro. Sip. Soy una grupie-orgullosa de quien lo soy, sobre todo de quien me inspira, y, si puedo, me gusta tomarme el tiempo para enviar un feedback cariñoso 🙂

Quería nombrarlas, así del tirón, porque últimamente, todo lo que de cada una de ellas he bebido en los últimos meses-años, se me ha hecho un rico zumo difícil de separar por frutas. Esto del pensamiento situado y tentacular, como dice Haraway, es al mismo tiempo una maravilla llena de posibles por conectar, y una amalgama caótica en la que encontrar el hilo por donde tirar, se convierte en un reto en sí mismo.

Y justo así es como me encuentro en este comienzo del curso 2022-2023. Un poco en caos, sin saber bien si agarrar un tema, o dejar fluir y ver si mis dedos son capaces de poner algo de orden.

Vacaciones = Tiempo para reproducir la vida con la calma

[Vacaciones, etimológicamente es el nombre de la acción del verbo vacare (estar vacío, desocupado)]

Traigo a mí una y otra vez estos días de re-comienzos, el mantra-poso del mes de no-productividad por excelencia, que suele ser agosto (¿agosto vendrá de a-gusto?1): ¿Puede ser la Vida (algo más) similar a las vacaciones? ¿Acaso no sería todo más sencillo si prestáramos atención a lo que aún late? 2

Soy consciente de que parar 4 semanas seguidas es un privilegio. Sin embargo, por aquí no ha habido grandes viajes (hacia ‘afuera’), ni cócteles a orillas de ninguna piscina (ojo, no querría que nadie se sintiera juzgada, confieso que yo también tuve mi época de ‘todo-incluido’)…

El viaje ha sido hacia adentro (¿acaso alguna vez no lo es?)

Obvio que me han ocurrido aventurillas (¿Qué clase de verano sería si no?), pero he procurado prestarme atención, observar(me en) lo que ocurría, estar atenta a este ‘adentro’ que cada vez siento más enorme. En la mayor parte del tiempo he estado por monte, mar y rio, apenas nada de ciudad, y podría decir que, he andado a la busca y captura del Silencio.

En este encaminarme en/hacia mi misma, he descansado de una ajetreada secuencia de meses productivos y he podido identificar (y en algunos casos realizar) los reajustes de brújula que vivir requiere, sobre todo si se decide vivir “creando” desde el hacer visible lo invisibilizado. ¿Son estas unas vacaciones ‘suficientes’? Haciendo resistencia a mis pensamientos más consumistas y anacrónicos, digo un rotundo Sí.

Atenciones secuestradas y resistencia analógica

Volviendo a lo que quería contarte, el libro cuenta claramente cómo la maquinaria está tan bien montada, que regalamos nuestra atención a aquello que más brilla, a esa “urgencia” que esconde cada notificación, a esos scrolleos infinitos que tan mal nos hacen sentir cuando, por fin, respiramos y la pantalla del móvil vuelve a ser negra.

Todes lo sabemos y, sin embargo, ¡qué difícil es dejar de hacerlo! Creo que en parte es como si nos hubieran contado (y nos hubiéramos creído) que, estando más conectadas (a lo digital) más posibilidades de escapar de la precarización tenemos. “Economía de la atención” es un concepto genial para entender que, tener secuestrada nuestra atención es también una estrategia económica del capitalismo que nos impide tener el tiempo-espacio-disposición-energía para mirar a otros lados.

Jenny no propone un “no hacer nada” desde la pasividad, más bien nos invita a que por medio de la quietud que da el parar (de mirar pantallas, de hacer ciertas cosas «por hacer», etc.), podamos (volver a) mirar lo tangible, lo analógico, lo que (aún) late. Ella habla de la observación activa de árboles y demás seres sintientes no-humanos, y yo, sonrió grande al leerlo mientras que, atónita por ver reflejado parte de mi proceso en el libro, aprendo sobre los árboles, las aves y demás bitxejos que habitan los valles donde vivo.

“Ser Tierra” y recordar las conexiones

También habla de esto Mariana Martija. En unos encuentros (virtuales, sip, internet es la contradicción más gráfica de nuestro tiempo-contradictorio) en los que he participado titulados “Ser Tierra”, comentaba dos puntos que considero fundamentales: 1) la naturaleza no es eso de ahí ‘afuera’, la naturaleza empieza en tu piel, en ti, en mí, porque en realidad, no hay separación, y 2) las conexiones con el mundo natural (que recordemos: no están solo en un bosque silvestre, sino que también están en el árbol de la rotonda de tu barrio y en el aire que respiramos) no es que estén desconectadas, es que las hemos olvidado. Recordar, amiga, el verbo parece ser que es recordar3.

Desde el final del confinamiento, allá por junio del 2020 (y como también te he venido contando por aquí en diferentes post), sentí fuerte-fuerte-fuerte, que la Tierra me llamaba. Le vengo llamando “Operación cuerpo a Tierra” 😉 No fue un grito literal, pero si una tremenda intuición a la que he querido (y estoy pudiendo) dedicar atención y energía. Desde entonces, han pasado 2 cosas importantes: 1) He dedicado tiempo a las plantas de casa, a plantar árboles en un terreno que tengo la alegría de cuidar, y 2) estoy ciertamente intensita con la observación de los seres no-humanos con los que me cruzo a diario.

La mirada en las nubes y los pies en la Tierra

Todo esto de “seguir recordando conexiones” tiene un fuerte vínculo con el proceso de saberme y habitar(me) siendo cíclica que inicié hace ya unos 7 años. Aquello re-conecto (y recordé) esa primera (y originaria) conexión conmigo misma, con mi útero y con la ciclicidad, tanto mía, como de la Tierra y de la Vida. Creo que de esto va lo que dicen las Compas en Resistencia de Abya Yala de Cuerpo-Tierra-Territorio.

En estos últimos meses me entusiasmo cuando veo a un águila ratonera sobrevolar el cielo que miro, y al mismo tiempo, cíclicamente, (normalmente acompañada de la progesterona Premenstrual), lloro al sentir la tristeza que me producen los ríos cada vez más secos, los árboles haciendo fuerza agrietando el cemento y las nuevas construcciones que quieren seguir haciendo aquí o allá.

Soy consciente (y también Jenny lo dice) de que proponer parar y observar puede resultar un privilegio, así, más bien, opino que la cosa va de considerar nuestra atención como el bien preciado que es, y atesorar a quién se la regalamos (y a quién no). Esto de la atención es como la chispa del deseo que, en parte, tiene la capacidad de orientar(nos en) nuestras vidas. Pero habiendo tantas luces chispeantes que quieren ser vistas en nuestro entorno, es probable, que no podamos ver el árbol, ni el bosque 😉

Quizá después de leer este texto te apetezca re-conocer los árboles de tu barrio. Te prometo que la propuesta no te dejará indiferente 🙂 ¡Y ojalá, también así, sigamos re-cordando juntas!


1Pues según esta web (que es la que suelo consultar) no, jajaja, pero podía ser 😉

2 A mi me late esto: Dormir mucho y bien, cocinar rico, disfrutar de la brisa después de un caluroso día, pasear, estar con gente querida, bañarse en el rio o en el mar o donde se pueda, mirar los arboles con atención y crear con el gusto de no tener prisa… ¿Te imaginas un día a día más calmado?

3Recordar, tal y como escribe Galeano en su libro de los abrazos, viene del latín re-cordis, que significa algo así como volver a pasar por el corazón.

*La foto de este post es mía, son los árboles de un parque cerca de mi casa. Siempre que puedo voy a visitarlos y les agradezco que existan 🙂

Poder personal (y con-texto)

Poder personal (y con-texto)

Creo que voy entendiendo de que va esto del ‘poder personal’ del que tanto estoy reflexionando (hablando y oyendo) en este último portal de Venus.

(Por si lo desconocías, estoy ciclando con Venus por segunda vez en mi vida (de forma consciente y prestándole atención, porque ella siempre ha estado ahí). Es un viaje de 18 meses que comenzó en enero de este año. Y ya estamos en el 5º portal de descenso, 3.er chacra, donde Inanna deja su cinturón de oro para continuar con su descenso hacia el Inframundo. Este cinturón dorado esta relacionado con el Poder Personal)

La cosa iría de hacerme cargo completamente de mí misma.

Que dicho así puede sonar sencillo, pero aquí todas sabemos que es bien complejo.

Completamente, digo. Incluso, de lo que aún no soy capaz de ver porque forma parte de mi inconsciente.

Sin que las honras o lealtades que tengo con otres superen los acuerdos que, de manera explícita o no, tenga.

Hacer mi camino.

Reconocerme sujeta de derechos. Siendo consciente (con cariño y amabilidad hacia mí misma) también de mis privilegios.

Con un lugar definido (y que voy definiendo) en el mundo, que me corresponde simplemente por haber nacido.

Sin altanerías ni arrogancias.

Un Lugar. El Mío.

Sin que sea más o menos importante que el de les demás. Porque en realidad, no lo es.

 

Aquí, en esta definición de mi misma, que sin duda es cambiante y a veces, incluso fluida, resido yo (o Yo).

Esa esencia que tan mística suena y que en realidad solo va de saber que existo.

De reconocerlo, de re-conocerme, de reconocérmelo, y ya si eso, de ser reconocida.

Pero ese ser validada, aunque es de gran ayuda y a veces imprescindible, pienso que no debería de ser lo primero.

La primera siempre debería de ser yo, mi propia validación sobre el camino que voy decidiendo.

Decidir, y saber, que en cada una de esas sendas que tomo, está puesto todo mi corazón, y todo mi espíritu.

Toda yo. Entera.

Con mis errores y mis virtudes.

Con quien fui, con quien soy y con quien seré.

Toda yo. Entera.

 

Etimológicamente ‘poder’ significa posere (de poseer) y posse (de ser capaz), si le añadimos la idea de que sea ‘personal’,

como algo que nace en cada individue,

podría traducirse como la capacidad de saberme poseedora de mi misma.

De mi ego y de mi esencia, y de todo lo demás que llena ese medio entre estos conceptos ciertamente abstractos.

 

La capacidad de saberme poseedora de mi misma.

De mi historia,

de mi legado transgeneracional,

de las decisiones que tomo en el ahora, de las que tomé en el pasado y me trajeron hasta aquí,

de lo que puedo (y no puedo) decidir,

de con quién me relaciono (y con quién no),

de a qué presto atención (y a qué no).

Poder personal entonces como una máxima interna a la que aferrarse,

que podría servir como lenguaje mismo para traducir (y hacer palabra comprensible para una mente demasiado limitada)

esos deseos profundos y opacos del cuerpo que pulsa por Vivir.

De accionar desde el fuego interno que arde en algún sitio entre el final del diafragma y el comienzo del útero.

 

Así como la palabra ‘Poder’ es también digna de ser resignificada, como estoy ensayando por aquí,

el apellido ‘personal’ también  me genera confusión y cierto rechine.

Creo que el contexto es muchas veces olvidado por la inercia o la urgencia de resolver,

y porque ciertamente lo que complejiza la idea misma es justo esto: El entorno en donde ese ‘personal’ esta ubicado.

No olvidemos que, tal y como tan bien aprendí de mi Amiga S., ‘personal’ e ‘individual’ no es lo mismo.

Aunque así pueda parecer, o aunque así quieran vendernos esta idea algunos dogmas newageros,

lo ‘personal’ no está nunca separado del contexto.

La capacidad de saberme poseedora de mi misma teniendo en cuenta el contexto.

 

¿Cuánto de nuestro poder personal, de esta capacidad de decisión que nace de nuestra chispa de la vida, está directamente condicionado por este entorno que tan fundamental me resulta en el entendimiento de este concepto?

Pues yo pienso que lo está en su totalidad. Que no queda idea ‘limpia’ ni esencia pura dentro de ningune.

Que aún siendo un fuego (en un cuerpo herido) de la que cada una somos responsables,

las condiciones “externas” son muy determinantes a la hora de mantener la llama más o menos radiante.

Es verdad que prestando atención a estas brasas que, en mi caso, a veces, se apagan,

podré mantenerlas (un poco más si cabe) con el mimo y el cariño que merecen.

Pero es verdad, también, que ciertos acontecimientos son como mangüerazos de agua que todo lo apagan.

 

Quizá entonces, esto del ‘poder personal’, además de constar de mantener el fueguito atendido,

también resida en hacernos expertas en encontrar esas piedras y darles caña,

para volver una y otra vez, a prender la chispa.

 

Poder personal: “La capacidad de saberme poseedora de mi misma, teniendo en cuenta el contexto. Y por si acaso, recordar meter en la mochila de herramientas para la Vida un par de Piedras Fuego”.

Sigamos descendiendo…

 

Preovu día 5. 21 de agosto del 2022. Luna menguante

 


*La imagen de este post esta pintada con sangre menstrual. Encuentras más dibujos-experimentos en la Galería de esta web, aquí.

**Si te interesa el tema del ciclar de-con Venus, te recomiendo mucho el proyecto de la que ahora es mi de referencia astrologa y Voz tierna en este camino de Venus, Paula. Encuentras más info sobre su trabajo, aquí.

Cambios, mutaciones e integración

Cambios, mutaciones e integración

Estoy KO. Empiezo por aquí porque necesito decirlo. Es julio y a las cosas que debía terminar antes del verano, se le han sumado nuevas subvenciones/proyectos que tienen a bien ser resueltas en verano (y que soy incapaz de dejarlas sin adelantar hasta septiembre), y viejos frentes renovados que detonan cuál palomitas bajo un calor 1,6º superior a la media.

[Mientras escribo esto, pienso: “A ver Enara, ¿tú crees que tienes que dar todaaaaaaaaas estas explicaciones? ¡No eres tan interesante!, ¿no sería mejor que hicieras autodefinidos y ya?”. Y me contesto: “Pues no. Me gusta contar lo invisible de mi proceso (en esto de crear-vivir-crear) tanto como hacer autodefinidos”.

Y así el veranito caótico y caluroso este.

Voy.]

C-A-N-S-A-N-C-I-O

¿Sabes todo eso que decimos de no (auto)explotarnos, de la ciclicidad como resistencia anticapitalista y lo demás? Pues me lo estoy comiendo todo con patatas, y con esta ola de calor (la segunda de este 2022), las siento fritas en el cerebro.

Haciendo de la queja abono, viendo que estoy sosteniendo demasiado, llevo de un tiempo a esta parte reflexionando sobre qué hacer con mi tiempo y energía. Otra vez. Una vez más ¡Y espero que no sea la última! Diría que es una reflexión activa, pero que, a ratos, la inercia de la productividad que habita en mí (esa tan espídica de “tú puedes con todo, tiiiiia”), consigue despistarme y hacerme tirar (solo) pa’lante.

F-R-E-N-O

Nosotras decimos que no solo es “para arriba” y “hacia adelante” (este lema capitalista que tenemos metido hasta el tuétano), que el “hacia adentro” y “hacia abajo” son imprescindibles para (bien)vivir, como formas de resistencia incluso, acompañadas de la ciclicidad y todo eso. Y aquí me hallo, frenando, parándome para mirar(me) con detenimiento. En un “hacia adentro y hacia abajo” del que voy rescatando perlas.

M-I-E-D-O

Freno. Stop. Lo que veo me da susto: “Hacer limpieza” es un mantra que lleva zumbándome dentro desde hace unos meses. Decrecer. Aunar. Tomar (Las) decisiones (correctas) y valorar “por donde tirar”. “Quiero tiempo y espacio mental para crear”. A estas alturas sé que no tener espacio, energía ni tiempo (si, las tres son igualmente necesarias) hacen que no entre ni un rayo de luz creativo en mi océano emocional. Sip. Es (desde) ahí desde donde, sin duda, ocurre esto del ‘crear’.

DECRECER

Aún me queda revisión y limpieza general por hacer. Voy a dedicarme a ello (y a hacer muchos autodefinidos, que se me había olvidado lo mucho que me ayudan a estar presente) durante agosto. Y….

Ya tengo claro lo que a este proyecto se refiere. Me he preguntado honestamente qué quiero de este proyecto y la respuesta es clara: “Escribir y pintar”. Por lo que estas son las novedades de ‘Viviendo en ciclico – Ziklikoki Bizitzen’:

  • Encuentros y talleres: Después de más de 6 interesantes años de aquí para allí, recorriendo un montón de sitios (principalmente) de Euskal Herria, después de un montón de talleres, charlas y todo tipo de eventos, cierro el chiringuito de “¿Nos encontramos?”. Sería más correcto decir que me mudo a Ara!Gorputz (Te cuento mas, más abajo en este mismo texto).
  • Páginas de recursos: Se quedan así, de momento. ‘No piden pan’ que decía aquel. No están demasiado actualizadas, pero creo que aún pueden servir, o quien sabe, lo mismo me motivo y les pego una actualización. (¿Me mandas algún Menstru- o Eco-recurso molón?)

 

MUDANZA

No es una mudanza tal cual. Siempre me he sentido dividida entre este proyecto y Ara!Gorputz (esa asociación bonita que tenemos Ione y yo, y que hace unos meses convertimos en cooperativa), ya que nacieron casi al mismo tiempo. Entonces, decidido está: Las propuestas de talleres y formaciones las traspaso a este nuestro proyecto comunitario (hemos configurado la cooperativa para tener la figura de “socia colaboradora”, con el objetivo de poder dar Un Lugar a nuestras amigas, que son desde los comienzos, nuestras mejores consejeras y conejillas de indias. Estoy muy contenta con esto!! :))

Tenemos un montón de cosas chulas para el curso que viene, un montón. Seguimos explorando los caminos de la cultura menstrual (en coles, y espacios feministas) y la economía feminista (con los procesos de las Escuelitas y más cosas to’guapas, jajaja). En septiembre, con el vaciado mental que me van a dar las vacaciones y el reconectarme conmigo de vuelta, te contaré más. De momento, tienes toda la info en nuestra web y en esta página del fisbuk. (Sip, nuestra apuesta es el euskera, nuestra lengua, con la que poco a poco también me estoy animando a escribir; sin complejos digo).

CENTRANDO LA BRÚJULA (con flow)

¡Pues esto! Que respondiéndome a la pregunta del comienzo, de aquí en adelante, este proyecto se centrará en “escribir y pintar”. Me quedo con el blog y la Galería. Para seguir practicando en este arte de teclear (y coñoescribir) y seguir llenándolo todo (incluidas portadas, jejej) de rojo sangre menstrual. Mi objetivo es seguir alimentándolos con el cariño que merecen, que merezco, que merecemos.

Además de estos cambios matéricos, también hay algo más interno que sigo practicando (y en lo que voy aprendiendo a mutar). El flow. El famoso flow estratégico. Se me sigue sin dar demasiado bien. Soy bastante cuadradíta. Y en estos parámetros que me he definido (pintar y escribir), y siendo ambos espacios-tiempos-artes creativos, los tiempos cerrados y la disciplina no-tierna, no me van nada bien. Así que, cuando haya nuevo texto o nuevos dibujos, pasaré a contártelo por la newsletter (puedes suscribirte o des-suscribirte tranquilamente, desde el formulario). Será sin prisa y sin pausa.

Así que, ya sabes, en unas semanas, la web decrecerá. Y yo con ella. Sintiendo todo más ordenadito, más integrado e íntegro, más en ‘una dirección’, la que me vibra dentro. La que realmente me late. La que ha conseguido ubicar lo personal y lo comunitario, y que ambos lugares tengan su espacio.

Cambiar a veces duele (siempre que pienso en esto me vienen las famosas “crecederas” de txiki), sin embargo, aligerar, hacer limpieza, ordenar y aunar, para mí en este momento, son excelentes noticias que me reafirman que voy por buen camino. ¿Qué cuál? ¡Pues imagino que el mío! ¡El cíclico, el que permite el cambio, el que sabe que la contracción no deja que la vida ocurra!

Y en este cierre de una etapa, y aunque no me voy a ninguna parte, me sale agradecer toda la confianza puesta en mí, en el proyecto. Me sale un agradecimiento palpitante a las Compas lindas que me han contactado y con las que he currado, a los viajes por los bellos paisajes de Euskal Herria, por los encuentros y por todo lo que he aprendido en todos estos Menstru-Encuentros.

¡Seguimos! ¡Gora la revolución menstrual y de los cuidados! 🙂


*La imagen de este post es de Leire Ipar (en IG: @leireipar y aquí su web).

Ay, Fuego

Ay, Fuego

Fuego, fuego, fuego… ¿Cómo hacer para que depures sin quemar? ¿Hay más abajo en el Inframundo?

¿Hasta dónde? ¿Hasta allí es a donde me dirijo?

¿Qué más he de depurar? ¿Filtrar? ¿Renovar?

Pienso en el ave fénix que renace de sus cenizas,

pienso en si en las cenizas, al cabo de un tiempo y en contacto con la tierra y el agua,

algún lindo gusanillo nacerá.

Yo más que ave fénix me supongo gusanillo, y está bien así.

También estaría guay tener unas alas grandes y blancas para volar y mirar desde arriba.

Con toda la perspectiva de quien sabe que volverá a caer,

volverá a arder, volverá a ser gusanillo, y quien sabe si, algún día, incluso le crezcan unas alas brillantes y blancas.

Así me imagino, así me siento.

Y no por querer tener vuelos grandilocuentes, sino suficientemente altos como para mirarme (y mirarnos) con la perspectiva,

insisto,

de quien sabe que volverá a caer, que volverá arder.

 

Ay, Fuego, depúrame sin quemarme…

Depúrame y que sea disfrutón.

Depúrame a cada ciclo, menstrual o de Venus o de la Luna, sígueme depurando.

Ahora sé que, además, Lilith está cerca.

Desde abajo, siendo gusanilla o desde arriba siendo ave fénix,

es dónde sé que hayo las propias pastillas de encendido de las fogatas que (se) vienen,

que son los que me animan a seguir encendiendo chispas que son energía para seguir caminando.

¿Bucle o espiral?

Deseo que sea lo que sea, sea disfrutón, ese es mi deseo.

Porque doler, dolerá.

El enfado, la rabia, la ira acumulada, por las que quemaron, por las asesinadas, por las que no están entre nosotras, por la Tierra, por los árboles, por la lluvia que escasea, por todas esas violencias, ... seguirá aquí.

Y tendrá que arder, tendremos que soltarla, o implosionar,

y a mí, que quieres que te diga, me va más lo de soltar, y si es accionando, mejor.

 

Ay Fuego, llévate lo que no necesito, lo que (me) daña, lo que ya no me sirve, las comparaciones, los juicios,

los pensamientos chungos, y dame pastillas (de encendido) para seguir.

Para seguir creando realidades más tiernas y cuentos amables que se conviertan en realidad.

Y ya si puede ser, que sea todo disfrutando.

¡Brindo por nosotras cuando el sol se esconde tímido entre las nubes por detrás de Jaizkibel!

 

En Irun, anocheciendo. Premen día 21. 23 de junio del 2022.

 


*La foto de este post es la belleza de un cielo que tengo el honor de ver a menudo, que he podido capturar.

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