Antes de empezar a sentí-pensar esto, he googleado ‘cultura menstrual’. No sé si también te pasa, la cosa es que a veces confío más en el buscador de las Oes que en mí misma. Este verano pasado utilizando la aplicación de Maps, terminamos 2 veces en situaciones de riesgo con la Furgo. Ahí fue cuando vi que aún sin estar bautizada en la religión cristiana, existía en mí un dogma mucho más poderoso y el cual no requiere de aguas del Jordán ni demás ceremonias. Se llama ‘La Nube que todo lo sabe’ o San Google.

Hechas estas aclaraciones, por algún lado hay que empezar, y aunque mi opinión, mi respuesta a este tema, es mi propia verdad-vivencia-conocimiento, contrastar con lo que dice mi preciado dogma se me antoja imprescindible a la hora de abordar un tema.

 

San Google

Encuentro unos cuantos blogs no actualizados en las primeras posiciones, y por supuesto un buen artículo de Teach E (“Más orgullo menstrual y menos ibuprofenos”) en quinto lugar. También diversas páginas relacionadas con el tema de la menstruación, la gran mayoría de estas, de Compas de América Latina.

No puedo evitar buscarme (mientras me sonrío al hacerlo) y estoy en la página 3. Me sorprendo infinito. De veras. Mucho. (Entonces ¿Cuándo una aparece en Google, ya está dentro del nuevo-nuevo testamento?).

Sigo. No hay una entrada con la definición de esto en nuestro (nuevo) Dios Wikipedia, ni tampoco en el viejo Dios llamado RAE. Vale va, tengo un proyecto para desarrollar la tan ansiada cultura menstrual, y yo misma no he respondido a la pregunta de ¿Qué es cultura menstrual?

 

Cultura. Nombre femenino

Según la definición de mi/nuestra nueva wiki-biblia es el “Conjunto de conocimientos e ideas no especializados adquiridos gracias al desarrollo de las facultades intelectuales, mediante la lectura, el estudio y el trabajo”.

Leo más definiciones que dicen cosas similares en las que en todas faltaría poner esto de que el desarrollo de estas facultades han sido norma-lmente impulsadas y únicamente validadas si han venido de un cuerpo norma-tivo… y que por eso no tenemos cultura menstrual (ni tantas otras que existen desde lo que orgullosamente denominamos periferia o cuerpos no-normativos).

La etimología me hace ver como hasta la ‘cultura’ de la crianza de los cerdos (lindos animalitos) tiene una palabra para definirse (porcicultura), y nosotras no la tenemos. Lo que no se nombra no existe. Por tanto, nombrar-nos será lo primero.

 

La cultura está viva (si queremos)

Si la cultura puede ser definida como un entramado social que tiene un entorno y que es creada/validada por unos cuerpos, me confirmo que podemos hablar de cultura menstrual incluso sin tener claro lo que con esta se define.

Así, podemos permanecer agazapadas en la cultura universal o dinamitarla desde las periferias. Podemos callarnos y mantenernos sumidas en la jodida y dolorosa violencia lineal o podemos ir abriendo brechas (primero en nosotras y luego hacia las Otras, si así lo sentimos) por donde pase el aire y las palabras que nos definan sean, por donde transcurran las estaciones con todos sus climas y en donde nuestras carnes inundadas de hormonas, puedan bailar al ritmo de la diversidad, y crear así una verdadera cultura de los cuerpos y de los (auto)cuidados.

 

MenstruCultura

Entonces, dejando todos los buscadores ‘externos’ de lado: ¿Qué es para mí? ¿A qué me/nos referimos cuando juntamos estos dos términos?

Para definir-lo (y definirme) me sirve abordarlo en 3 niveles: el marco teórico, la teoría de la práctica o lo que estaría bien hacer y mi propio vivir-me en esto. Aquí tienes mis tres niveles de definición de esto que ya tiene nombre: La MenstruCultura o Cultura Menstrual.

ES (desde el marco teórico)
  • Reconocer y tener en el centro de la realidad mi condición cíclica, como ‘medidor’/alumbrador/faro de mi vida y de mi existir en todas mis dimensiones biopsicosociales, siendo como soy un cuerpo menstruante.
  • Conocer mi ciclo y sus fases (las 4 ‘oficiales’, las transiciones y las voladas que a veces ocurren con todas las que soy y lo que sea que acontece en mi entorno).
  • Saberme cambiante (porque soy en relación y esto hará que mute más allá de mis fases ‘ internas’ al estar en contacto con la cultura hegemónica o dominante)
  • Recordarme que estoy aprendiendo y que por alguna(s) razón(es) (no casuales, ejem…) no han querido que sepa como baila mi cuerpo en su danza hormonal interna, y que por tanto será un proceso en el que caeré, me frustraré y aprenderé a tener-me paciencia.
  • Mantener presente la duda/sospecha de si con esto no estoy queriendo crear una nueva-cultura-hegemónica-roja o el ‘Dogma Cíclico’ (que tampoco estaría mal 😉 Considerar que el fin último de esto es la validación de la diversidad de cuerpos, y mantener a raya el peligro de volver a enjaular-nos en una nueva estructura estrecha y pre-marcada.
ES (desde la teoría de la práctica)
  • Investigar sobre mis Decesidades en base a esta forma de mirarme.
  • Obtener herramientas y construir estrategias para (aprender) a (sobre) vivir en cíclico.
  • Preguntarme cómo me siento y/o qué necesito siempre que pueda/quiera.
  • Hablar sobre el tema con personas cómplices cuando lo sienta/me apetezca (nada de hacernos más daño alzando banderas cuando no lo sentimos).
  • Compartir lo que voy explorando cuando pueda/quiera.
  • Poner en relación con otrxs cuerpxs menstruantes (o no) cómo me vivo, acoger lo diverso y sonreír en las similitudes (yo me sonrío al verme reflejada).
ES (desde mi experiencia propia)
  • Dormir y descansar todo lo que pueda en Menstru. Reiniciarme observando lo ocurrido el ciclo anterior. Ritualizar la Dama Roja (no hace falta que sea de ninguna forma súper-mística, con que me sirva a mí, listo) y pintar con mi tan amada materia prima.
  • Hacer las burocracias y prácticas más ‘universales’ en Preovu. Mantener al día mi lista de quehaceres en esta dirección y darles caña en esta fase. También recordarme que empacharme de Patrix no me sienta nada bien. Ante eso, movimiento de cuerpo y sudores. Muchos, todos los que se puedan.
  • Medir mis ganas de cuidar en Ovu, y dedicarme a mí. Atender mis relaciones y… aquí una confesión: aún no me he encontrado ‘felizmente’ con esta fase. Sigo observándola de cerca.
  • Aprender a bajar a mis abismos lo más tiernamente posible en Premen porque últimamente he visto que mejor aprender a ‘rappelar’ (hacer rappel) cuando la mar está en calma, y así, cuando la Vida decida hacer-me bajar con algún movimiento externo, recuerde la técnica lo más precisamente posible.

 

Sopa urgente cocinada a fuego lento

Construiremos esta (nueva) cultura nosotras desde nuestros cuerpos menstruantes y nuestras vidas que merecen ser vividas.  Y es urgente. No hay duda de que nos sentimos incomodas en lo lineal, ya no hay interrogatorio alguno sobre si podemos vivir nadando en un sopa (1) ajena, que por universal, esta sosa, fría y es de fideos rectos.

Habrá (muchos) intentos de creación desde lo externo a nuestros cuerpos, enseguida alguien querrá estandarizar todo esto, y por esto, es por lo que tú eres tan necesaria. Nos necesitamos para cocinar esta rica sopa a fuego lento, llena de nutrientes, calentita y que sea de estrellas. Así que, venga va…. ¡Creemos el cuerpo-diccionario de las Diosas menstruantes! Anímate y déjanos tu respuesta por aquí:

¿Qué es para ti la Cultura Menstrual?


(1) La metáfora de comparar la cultura con una sopa es de mi admirada Playa Medusa, que es inspiración SIEMPRE.

(*) La ilustración ‘Lagrimas en mi sopa’ es de Marta Jiménez.

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