Autoexplotación: No lo haga(mo)s

Autoexplotación: No lo haga(mo)s

Es sabido que el sistema-Patrix en el que vivimos está basado en la explotación, sobre todo para que la acumulación de los famosos BBVAHs (u Homo Economicus, esos mitos que habitan la parte de arriba del iceberg de las opresiones) no deje de suceder.

También y como muy bien sabemos, todas-todes les demás, (sobre)vivimos realidades precarizadas en esos abajos, con varios empleos remunerados (al mismo tiempo), con trabajos diversos (a veces no visibles y en cualquier caso, no visibilizados) y otra serie de quehaceres (proyectos propios, formaciones, quedadas, amistades, compromisos…) con los que a veces, además de ser explotadas, llegamos a auto-explotarnos.

El “¡Tu puedes!” esta a la orden del día y no olvidemos que es un lema capitalista orientado a que estés como estés, sigas produciendo.

 

Entusiasmo: Gasolina para el alma (que puede explotar)

La marca personal, el proyecto propio, el alzar la voz aquí o allá, el decirnos para existir esta de moda. Surfeando esta ola estoy yo misma. Esto, es una maravilla para nosotras, tanto a nivel individual como colectivo. Porque nos da bizipoza (alegría de vivir en euskera) y porque ya era hora de que nuestras voces (y vísceras) sean nombradas y escuchadas. Podríamos decir que en muchos casos esta gana-fuego nos arde dentro y necesitamos expresar lo que sentimos, lo que sabemos, lo que hacemos. Y hacerlo hoy en día es relativamente fácil gracias a, como dice Remedios Zafra, nuestras habitaciones propias conectadas (al menos, las que tenemos el privilegio de tenerlas, habitaciones propias e internet, digo).

Transmitir este entusiasmo que nos da hacer/decir algo (con el compromiso hacia una misma que esto implica) es sin duda algo ilusionante, que conseguimos (en gran medida) a golpe de click, pero que sin embargo, lleva implícitos un montón de trabajos de los que, a menos que seas una profesional del tema (o sea que antes de emprender (como odio esta palabra por cierto…) por tu cuenta ya te movías en el mundillo), normalmente no somos capaces de ver (y menos aún de hacerlo con anterioridad).

Al tiempo de arrancar un proyecto nuevo, y después de la fase clásica del “enamoramiento”, según mi propia vivencia y en la de proyectos que acompaño, existen 2 posibles devenires. Uno: acaba la época de subidón, los trabajos no demasiado “recompensantes” se convierten en rutinarios, la burbuja estalla y termina el asunto (llega el fin del proyecto). O dos: comienza lo que muchas estamos sufriendo y que podríamos nombrar como “la auto-explotación que nos mantiene vivas y existiendo, y al mismo tiempo nos hace ir patinando en la vida”.

El iceberg de tus trabajos y empleos

Como sabes uno de mis totems (y con el que mi cabeza sigue haciendo boom!) es el famoso iceberg de la economía feminista. El otro día lo miraba y observaba que si colocamos los frentes en donde invertimos tiempo y energía en él, apreciamos que arriba (en la zona privilegiada) está el (o los) trabajo(s) remunerado(s) o empleo(s), y abajo, en la zona que sostiene esta cima, tendríamos todas esas otras proyectos-trabajos-ocios-relaciones que son fundamentales para que lo de arriba se sostenga (o sea, sintamos/tengamos una vida más allá del empleo, que manda narices el tema…) y que sin embargo no siempre les hacemos el caso que deberíamos.

Como si de los trabajos de cuidados a nivel global se tratará, en nuestra propia realidad-iceberg, y teniendo en cuenta que organizamos nuestra vida en torno al empleo, abajo, estarían las acciones que nos cuidan a nosotras mismas. Que nos dan (algo de) ilusión y esperanza. En esas aguas subterraneas, estaría también ese proyecto propio en el que estoy centrando este texto. ¿Sabemos que es lo que pasa con esa parte que sostiene, verdad? Básicamente, precariedad de tiempos-energías e invisibilización.

 

Eso que da tanta alegría (y que también cansa): Ilusión y Trabajo(s) en tiempos de pandemia

Desde el comienzo de este proyecto supe que la perseverancia, mi propio proceso de “profesionalización transformadora” y los tiempos-energía dedicados a los quehaceres del proyecto, serían los grandes retos para mantener esta barquita-proyecto a flote. Y así esta siendo.

Es una negociación constante entre un montón de factores. Uno muy determinante es qué acciones concretas desarrollo para el proyecto, como escribir, leer, compartir, preparar talleres, etc. otro muy potente (y que me trae infinitos y cíclicos dolores de cabeza) es el uso que doy a las redes sociales virtuales y procurar que no sean ellas quienes me usan. Sin embargo, siempre me topo con la siguiente pregunta: ¿Una existe si deja de publicar en redes sociales virtuales durante un tiempo?

Hay vida más allá de las redes sociales virtuales. Lo sé (teóricamente) aunque aplicármelo, me trae de cabeza.

En estos últimos ciclos me he sentido profundamente cansada. Se me han acumulado proyectos, y algunos han dado más complicaciones (y trabajo) de lo que imaginaba o preveía. Me pasa ciclicamente y ahora a todo se le suma el factor-covid. Por lo que me he sentido autoexplotada. Intentando escribir sin ganas, publicando por publicar y lo mas grave, yendo a algún encuentro presencial sin un ápice de ilusión. Aquí me salto la alarma.

Los efectos de la pandemia llamada covid son grandes, pesados y con muy poca oportunidad de despresurizar-nos. Ya no hay fiestas, ni quedadas espontaneas, no hay abrazos que avivan la chispa, ni excursiones a la provincia de al lado. La vida esta cansina, y si a esto le sumamos unas exigencias internas tan tremendas como las que nos impone el tinglado capitalista-productivista, pues una de repente arde en lo que era su cálido fuego-ilusión.

Estrategias para resistir a la autoexplotación (no arder y cuidarnos):

No soy de tips. Lo sabes. Sin embargo, me suele gustar acabar los post con ideas que a mí me están funcionando (y que además esta genial que me recuerde). Aquí tienes algunas:

Midiendo tiempos-energías: Así como sabes cuanto tiempo te lleva(n) tu(s) empleo(s) remunerados, se igualmente (o más) honesta con el tiempo que tienes para dedicarle a tu proyecto, y procura ceñirte a esas horas. No por estar más tiempo sentada frente a la pantalla todo ira mejor.

-No vas a forrarte: No nos engañemos, teniendo en cuenta lo que cuesta ser autónoma (y los gastos de impuestos y gestoría asociados que conlleva), ¿Cuántas de las Compas que tienen un proyecto propio viven de los ingresos que este les genera? Es probable que combinar varios curros sea la maldición de nuestra época. Asumamos-lo y dejemos de pensar que hay sitio para todas en la cima. Dejemos de querer/creer ser un BBVAH. Sobre todo porque nosotras no queremos que haya cima.

-Existir más allá de las redes sociales-virtuales: Considera bien donde compartes tus contenidos y porque lo haces ahí. En estos tiempos de clicks y likes, a veces, no somos conscientes de que estamos regalando nuestro más valiosos saberes (y horas) a las grandes corporaciones de siempre.

-No solo de ilusiones vive la mujer*: Estate siempre atenta a la remuneración económica que te dan los trabajos por los que te contratan. Procura siempre que se valoren tus ideas y tus procesos de creación. Es maravilloso ponernos compartir saberes, sin embargo, esta siempre bien considerar que si nos dan para llenarnos la tripa, es mucho mejor.

-Más allá del dinero: Observa también esas cosas no-remuneradas pero que tanta vida te da tu proyecto. Hazlas visibles, compártelas! Necesitamos nuevos modelos de ser profesionales más allá de títulos, dinero, status-quo y demás movidas viejunas.

-Ciclicidad, siempre ciclicidad: Cada fase tiene sus potencias y sus límites. Pon estas de tu lado. No siempre estamos en el mood de crear, ni de compartir. Estar atenta a como danzas con tu ciclo es siempre (siempre) fundamental.

-Respira y di no: No por más hacer ni correr, llegaremos más lejos ni antes. A mi aún me cuesta mucho decir no, sobre todo cuando lo que me ofrecen me apasiona (me pasa mucho). Pero en esto de ser honesta conmigo (y con el proyecto), descansar (en todas sus modalidades posibles) ha de ser prioridad si no quiero hacer(me) campo quemado.

Y tu ¿alguna otra idea que te funcione en esto de encontrar ese (imposible) equilibrio entre la ilusión y los trabajos para currar gustosamente y sin auto-explotarte?


*La ilustración de este post es de (la siempre inspiradora) Paula Bonet.

A N S I E D A D

A N S I E D A D

Casi diría que es un instante.

Una chispa que, tras un momento cero que explota al observarlo,

vuelve a  “encenderme”.

Es un diminuto destello el que hace que comience la fiesta del famoso up estrogénico.

La (aún) suave luz-estradiol ha comenzado a brillar en mí.

 

Los abismos premenstruales y el tiempo efímero flotando en la oxitocina menstrual

quedan atrás como si hubiera sido hace décadas.

Ahora, la llama esta prendida. Más y más grande a cada rato.

Hasta que, en apenas 48 horas, el fuego que observo (y que me quema),

se vuelve inabarcable.

 

Los pensamientos se agolpan en un cuerpo que aún expulsa flujo marrón.

Las ilusiones, las cosas pendientes, las ideas “maravillosas y urgentes”,

y las frustraciones de-todo-lo-que-no-podrá-ser, se apilan una encima de la otra.

Retroalimentándose en bucle.

Perdiendo cada cual toda definición.

Uniéndose cual chicles bajo el sol de agosto.

 

Qué esa llama arda (demasiado) fuerte es mi temor:

A N S I E D A D

He sabido (me he permitido) nombrarla hace escasamente 2 ciclos.

Había escuchado antes los relatos de muchas sobre este (no)estar.

También recuerdo sentirla durante el confinamiento de hace ya un año.

En mis últimos giros-ovulatorios me he sentido incapacitada para mis quehaceres “rutinarios”.

¿Hago demasiado? ¿Demasiado poco?

Malabares en bucle sin llegar a sitio seguro entre estos dos interrogantes afilados.

La siento con fuerza (con m u c h a  f u e r z a) en la fase Preovulatoria.

Sin embargo sé, que vive en mi desde que tengo uso de razón.

Miedo al miedo. Qué la vida de susto a cada paso y que esto te haga vivir angustiada.

 

Ser suficientemente suficiente.

Llegar a todo.

Y si no, autoimponerme más y más tareas/cosas ajenas a las que llegar.

(Estímulos y más estímulos que no me da tiempo a procesar).

Exigir-me, para conseguirlo. Todo lo anterior. A la vez.

En bucle. Hasta que la llama mengua por el (últimamente tan ansiado) poder progesterónico.

 

Se me anuda el diafragma.

El pecho parece de hierro armado.

Dejo de poder respirar.

Me encojo. Respiro peor.

Agotamiento profundo. Cansancio extremo.

Y otro nuevo pensamiento-idea-frustración-exigencia. Otro estímulo.

En bucle. Hasta que me voy a pasear, o hago taichí, o escribo en mi diario.

 

Alivios temporales, sin embargo.

Sobre todo, teniendo en cuenta que somos muchas (tantas…) las que aquejamos de esto.

Las que ardemos en nuestras propias frustraciones, exigencias y enfados. A las que la llama nos consume.

(Al hablar de esas Otras, que quizá también me leéis, aún y todo me siento brutalmente privilegiada. Pero hoy, ahora, no quiero seguir alimentando esto que alimenta el bucle…)

 

Hoy escribo para dejar de temer.

Para aliviar con agua de mar las heridas de este fuego común.

Porque no es justo que tantas y tantes nos vivamos ardiendo en nuestras tripas.

Cada ciclo. Cada fase. Cada etapa.

Cada vez que salir a un mundo creado para Ellos, se nos queda grande/incomodo/doloroso/demasiado/…

 

Y podría decirte que encontraremos las herramientas para aprender a canalizar-la(nos), a contener-nos (juntas),

(cosa que también hare/haremos),

pero joder, el mundo-sociedad no debería de dar tanto miedo.

Nunca una chispa que anuncia renacer, energía, ilusión, folículos-vida estimulándose,

debería verse absorbida por el estrés de la precarización de la vida.

 

22 de marzo del 2021. Preovu día 5.

 


*La imagen de este post es de Elvira ilustra

**En el anterior artículo te contaba que mi Casa-Blog quiere ser comunitaria. Si te animas a escribir algo, AQUÍ tienes los parámetros. Si tú también tienes (o has tenido) ansiedad, puede ser un temón 😉

Un mundo nuevo, cíclico y transformador (Parte 1)

Un mundo nuevo, cíclico y transformador (Parte 1)

Escuchaba el otro día a varixs pensacreadorxs sobre: ¿qué hacemos ahora? ¿continuar manifestando la mierda en la que nadamos? ¿o intentar imaginar ese nuevo mundo con el que soñamos? También durante este tiempo-raro, un Compa (mila esker B.) ha dicho una frase que se ha hecho viral (al menos dentro de mí): “Tendremos que construir un mundo nuevo”. Con estas dos premisas algo dentro me ha hecho click. Un click de mechero que ha vuelto a encender la llama, flojita aún después de pagar las facturas de mi covid-vorágine, pero fuego al fin y al cabo.

Agarrando fuerte estas ideas (y mezclando-las también con un par de peticiones muy interesantes de dos Compas (gracias J. y Y.), sentipienso que es momento de comenzar a esbozar trazos encima del paisaje post-covid que aparece. Además, es necesario que nosotras también escribamos nuestros relatos de la Historia, incluso aunque como en este caso, sean balbuceos.

Parto de las siguientes certezas, que de algún modo he ido (re)acuerpando en el covid-time: la incertidumbre general de lo que antes era Casa (yo misma en busca de un nuevo centro y unas nuevas rutinas cíclicas, otra vez), el montón de injusticias y desigualdades, sobre todo sociales y de cuidados que se han (re)visibilizado y la idea de que solo juntas, juntos, juntes, podemos transformar esto.

 

Crisis y neonormalidad (que no sea una vuelta a lo de antes)

Han sido semanas (ya meses) muy duras. Cada cual con sus circunstancias, (también con sus privilegios) hemos atravesado este tiempo lo menos mal que hemos podido. Por diferentes contrastes que he realizado y teniendo en cuenta que no ha sido una crisis individual (de esas que vivimos en un duelo o cuando cambiamos de dirección nuestra vida), sino que ha sido colectiva, la hemos vivido todas, todos, todes y hay algo que tenemos en común: Han asomado patrones, mierdecillas, charcos y conflictos que creíamos atravesados (o no). Y de repente plaf! Plaf y plaf!

¿Cómo lo has vivido tú? Quizá, dado que ya ha pasado un tiempo desde el shock de la experiencia covídica, puedas revisar cómo han sido para ti estas semanas y (ojalá) rescatar algunas joyas-modificaciones de tus adentros para seguir aprendiendo a (auto)cuidarnos. Te animo a que lo hables con tus Compas-cómplices y desarrolléis estrategias sentipensadas y cuidadas por si la pandemia continua.

Spoiler relacionado con la neonormalidad o la “nueva normalidad”: La pandemia capitalista sigue, por lo que atender esto y usar la fuerza del cuidado colectivo me parece imprescindible para ser resistencia.

 

Responsabilidad social (más allá de la mascarilla)

Las redes se llenaron enseguida de estas dos palabras. Al principio era el #YoMeQuedoEnCasa y ahora es #YoMePongoLaMascarilla. Estoy de acuerdo en que hacer esto ha sido (y es) un acto de responsabilidad. Lo que me tiene enfadada desde el día 0 de la llegada del bicho, es que para haber evitado llegar a esta situación hay bastantes otras-muchas cosas de carácter socio-político que podrían haberse hecho en nombre de dicha responsabilidad. No somos las únicas responsables, ni de coña. Pero siempre resulta que somos quienes pagan el pato.

La lista es bastante interminable, la verdad. Empezando por los cuidados, así en general, de las criaturas y las personas mayores en particular, o las condiciones de esclavitud en el que malviven muchas mujeres* migradas, continuando por el colapso planetario y terminando por ejemplo, con fomentar y fortalecer esas-otras formas de economía que ya existen (como la Economía Social y Transformadora).

Si te interesa ampliar esta perspectiva, te dejo aquí dos charlas inspiradoras de las que son mis 3 referentas-teóricas estrella: «Crisis del sistema» (Jule Goikoetxea y Amaia Perez Orozco) y «Abordar la emergencia civilizatoria tras el Covid19: Retos y aprendizajes» (Yayo Herrero).Y así, ya no me enrollo más con esto.

 

Colectividades y ciclicidad (revisando el entusiasmo …

Reconozco que soy una entusiasta. Y esto no es ‘malo’ per se, normalmente me hace tener un punch optimista y alegre. Solo que al vivir en general con (mucha) intensidad, a veces, esta emoción me deja tan KO como una fuerte bajada a los abismos, sobre todo si este entusiasmo es también colectivo y alimentado por otrxs entusiastas. Y es lo que me ha pasado en este tiempo. Especialmente durante las primeras semanas tuve tanta ilusión de que El Tiempo del Cambio había llegado (léase de forma épica), que un tsunami de quehaceres, desdibujó la rutina cíclica a la que tanto me ha(bía) costado llegar. Los colores con los que pinto la agenda que día a día me hacen saber que fase transito, se convirtieron en un arco-iris emborronado.

No tengo la formula de cómo vivir en cíclico conjuntando lo colectivo, de hecho, creo que este es el gran reto que tenemos dado que estamos atravesadas por el entorno siempre. Algunas Compas me han comentado que al sentir estos ciclos “alterados”, es cuando han visto esto de que lo de “fuera” es absolutamente determinante para como lo vivimos “dentro”. Cuidarnos es bien (fundamental), pero no olvidemos que mientras que todas* no podamos menstruar a gusto, la fiesta de la cultura menstrual no se habrá acabado. Y me temo que aún falta mucho para esto.

…y los límites)

Otra de las cosas que he visto en este tiempo, es que al igual que lo individual no es la solución, es que lo colectivo ha de tener unos límites: No es bien que sea la forma de fuga de una misma, la contención de otras requiere de energía que no siempre tenemos disponible y el hacer/idear/accionar planes estratégicos, nunca, nunca, podemos permitir que sobrepase nuestros límites propios (especialmente cuando la carga emocional del momento es como la que hemos pasado).

Estar atentas a esto es clave para saber qué días sí podemos atender los activismos/trabajos/cuidados “externos” (y colectivos) y que días no. Escribo esto mientras trago saliva ya que soy consciente de que hablar de cuidados “opcionales” es frívolo, y sé que no todes tenemos la opción de plantearnos esto. Sin embargo, parto de la idea de poder estar en un/su centro y dar atención a otrxs desde ahí. O al menos, que exista un compartir honesto sobre las condiciones en las que se va a desarrollar el acto de cuidar.

Si te interesa esto o ves que se te fuga mucha energía, o si quieres ver que momentos podrías dedicarte a cuidar el cachorro de esa amiga, puedes ir registrando sobre cuáles son tus días top y cuáles eres incapaz de sostener a nada ni a nadie. Puedes ir anotando en tu cuaderno las personas con las que te relacionas, las acciones que haces en tus activismos, militancias o colectivas y poco a poco identificar cómo es el match entre tu bailoteo de hormonas y tus historietas relacionales. Si puedes, por supuesto, anímate a compartir tus sentires cíclicos en tu entorno, y a realizar estrategias para cuidaros juntas.

 

Este post tiene segunda parte (¡que sale en breve!). Ya hemos marcado las directrices y el marco teórico ;). En breve te cuento las propuestas prácticas que puedes (y podéis) realizar para que juntas, pintemos ese mundo nuevo que tanto ansiamos.


*La ilustración de este post es de Elisa Biete

Economía Feminista y Cuerpos (Parte 2)

Economía Feminista y Cuerpos (Parte 2)

En el anterior post (Economía Feminista y Cuerpos (Parte 1)) me quedé  reflexionando sobre: ¿Dónde están los cuerpos? Y hoy, pretendo ofrecerte alguna respuesta-balbuceo-ejercicio para que puedas llevar estas reflexiones a lo más cercano que tienes: tu propio cuerpo-vivencia y tu día a día.

¿Seguimos otro tramo de viaje-aventura hacia algún otro puerto?

[¿Sabes por qué me motiva tantísimo este tema? Porque sé que estamos caminando de un árido paisaje-modo-de-organización llamado capitalismo, a una verde y nutritiva realidad que yo imagino como Isla Ternura. ¡El viaje sin duda está mereciendo la alegría! ]

 

LOS CUERPOS AL CENTRO

Desde diferentes movimientos oímos esto de “Los Cuerpos al centro”, nosotras mismas en Ara!Gorputz (asociación para la investigación y difusión de la ginecología autogestiva) lo usamos como lema añadiéndole que estamos cansadas de ser periferia.

El caso es que esto resulta abstracto sino es algo a lo que estamos atentas TODO EL RATO. Todo el rato, insisto. En cada acción, cada gesto, cada relación, cada empleo, cada trabajo. Always, que se dice in english (que siempre queda muy cool :p). Porque si no, es probable que el tren-de-alta-velocidad-sistema nos arrolle y sea Cuerpo de quien nos olvidemos, volviendo a ser esa cabeza con manos que salen del cuello que se nos impulsa a ser.

¿Cómo (comenzar) a organizarte de forma cíclica? ¿Cómo estar (más) atenta a Cuerpo?

No te propongo una obsesión (si eres un poco Control Freak, como yo, puedes proponerte esta observación de ti misma con el modo juego activado, con la mirada curiosa de la niña que también eres), sino más bien una forma de que de veras, en la práctica, en el día a día de tus acciones, el Cuerpo este presente y a poder ser en el centro:

  • Mírate desde ‘afuera’. Cómo caminas, cómo te sientas, si te escondes, si ocupas más/menos lugar del que te corresponde, también cómo hablas, si permites los silencios y cómo los llevas, qué piensas de ti misma y de lo que te rodea…
  • Observa las emociones y lo que estas te indican. Recuerda, no hay emociones «buenas» ni «malas», los movimientos que te surgen en el cuerpo son pistas que quieren decirte algo. Procura escucharlas y con esto, escucharte. Si te interesa el tema puedes leer el artículo: Emociones y ciclo menstrual (Parte 1).
  • Estate atenta a los cambios físicos y/o fisiológicos en el día a día. En los procesos de salud-enfermedad, menstruación-ovulación… (¿Te acuerdas del manifiesto que escribí de que El ciclo menstrual es resistencia (anti)capitalista?)
  • Prevé los eventos, citas, acontecimientos… en los que intuyas que tu Cuerpo tiene el peligro de fugarse a (o de que lo manden más hacia) la periferia. Procura crear estrategias que te acompañen a estar (más) atenta de ti misma.
  • Analiza las relaciones que tienes y mira en cada una el lugar en el que está tu Cuerpo y si los procesos (físicos, emocionales…) que vives tienen espacio (o no) con cada una de ellas.
  • Saber y tener bien presente SIEMPRE que al ser mujer* eres leída como un Cuerpo de segunda. Con esto, es probable que haya determinados lugares en los que las ganas de desaparecer, de hacerte pequeña, de huir, aparecerán con más fuerza (por ejemplo, los bancos, lxs ginecologxs, y todas esas construcciones que de base están hechas para ellos). Idea estrategias para estos casos, y si son colectivas, mejor.
  • Si eres un Cuerpo menstruante, todo lo anterior se expresará de diferentes maneras según la fase en la que te encuentres. No es lo mismo caminar por la calle en Preovu o en Premen, ¿verdad? (¿Cómo van los registros?)

 

¿DESEA ACTUALIZAR EL MAPA DEL TESORO A SU VERSIÓN 2.0?

¿Recuerdas el Mapa del Tesoro? ¿Lo tienes por ahí? ¿Lo estas usando? (Me encantaría que me contaras sobre esto, es una de las herramientas que más difundo y re-pienso). En él, tienes marcadas todas esas estrellas-frentes que conforman el universo que es tu vida. Es la cartografía que te muestra donde inviertes tu tiempo y energía, ahí ha de estar todo aquello que exista en tu realidad.

Y con esto de ‘Poner el Cuerpo en el centro’ te propongo volver a cogerlo y realizarle la actualización 2.0 que le corresponde (y que te mereces) y que se cita con la siguiente pregunta: “¿Dónde está mi Cuerpo en cada uno de esos frentes que conforman tu Vida?”. Por ejemplo, ¿tiene tu cuerpo (y los procesos que te acontecen) lugar en tu empleo? ¿Puedes hablar de ellos? ¿Se te toma en serio?… Y con tu familia de origen, ¿puedes compartir como son tus emociones?…

Puedes utilizar el sistema de asteriscos, por ejemplo del 1 al 5. En el que 1(*) es “Mi cuerpo (y mis procesos) es (son) inexistente(s) y tengo espacio siquiera para hablarlo” y 5 (*****) es “Mi cuerpo (y mis procesos) esta(n) siempre presente(s) y son acogidos”. Después, puedes reflexionar el por qué de esta puntuación, haciéndote preguntas cómo estas:

  • ¿Cómo de presente me gustaría que estuviera mi cuerpo en este ámbito de mi vida? ¿Por qué? ¿Cómo puedo ir hacia ahí? ¿Hablando más de los procesos que me acontecen? ¿Cómo podría hacerlo? ¿Con quién? ¿Tengo alguna persona aliada en ese frente para hablar de estos temas?…

*RECUERDA que esto es un proceso vivo, en el que revisando los asteriscos podrás ir creando estrategias para poner el Cuerpo en el centro en cada uno de los frentes que conforman tu Todo.

 

IMPORTANTE: NO OLVIDARSE DEL “OTRX” CUERPO

Porque de poco sirve estar atentísima a una misma, sino atendemos (también) ese otro cuerpo (o esos otros cuerpos) con el/los que me estoy relacionando.

Recuerda, la Vida que merece ser vivida ha de ser tanto individual como colectiva. O todas la vivimos, o no sirve.

 

¡Te leo encantada en los comentarios! Cuéntanos cómo es tu realidad, y que lugar tiene tu Cuerpo en los diferentes ámbitos 🙂


*La ilustración de este post es de Sastraka

Acompañarnos (procesos personalizados)

Acompañarnos (procesos personalizados)

Todas nos acompañamos. Como humanas y siendo bio-psico-sociales (e interdependientes), sabemos hacerlo (con más o menos habilidad) desde siempre. Para mí, lo importante aquí es el valor que le damos en nuestra realidad a esta “tarea” que ha sido y sigue siendo invisibilizada. Considero además, que es La herramienta para salir del individualismo que nos persigue (y que nos venden) día a día.

El caso es que además, llevo un tiempo dándole vueltas a que quiero contarte este trabajo/servicio que también realizo dentro del proyecto (encuentras el dossier aquí). Necesito hacerlo por estas razones:

  • Cada vez son más las que están confiando en mí para que les acompañe, lo cual me da punch y alegría.
  • Necesito sacar del armario este trabajo que llevo haciendo (de forma comprometida y sistemática) desde hace 4 años y dejar de invisibilizar(me)lo.
  • Quiero darle el lugar que merece más allá de ese apartado (escueto y casi escondido) que tiene en el espacio “¿Nos encontramos?” de la web.
  • Deseo acoger a la impostora que me recrimina una y otra vez que esto no es para tanto.
  • Todas nos acompañamos y hacerlo es lo que nos da red, contención y posibilidad de crear juntas esas otras realidades-ficciones. Considero que, en estos tiempos de soledad imperiosa y de esa falacia que es la independencia absoluta, esto es resistencia.

¿Me acompañas y te cuento?

 

El “trabajo” de acompañar (emocionalmente)

Sabemos (vamos sabiendo y siendo conscientes) que son un montón de trabajos invisibilizados los que las mujeres* durante siglos (siempre) hemos realizado para sostener la vida. Aún, todos estos se encuentran en la parte del iceberg (encuentras la imagen, aquí), y nosotras mismas, muchas veces no somos capaces de valorarlos/nos. Probablemente los más “sencillos” de ver sean los que sostienen la vida de forma física: Lavadoras, compras, comidas, limpiezas…

Sin embargo, bajo mi punto de vista existe un tipo de cuidado que aún resulta más invisibilizado probablemente por la no-cultura de emociones que tenemos, este es el cuidado emocional. El cual implica, contención, escucha, resolución, ideas o sencillamente, poner el hombro para que alguien llore contigo. Lo cual es un regalo si tienes la energía y el tiempo para hacerlo, y si la otra persona lo permite.

Sin este pilar, que aún no se tiene en cuenta como “trabajo”, no sería posible la creación de vínculos íntimos (al menos es como yo lo siento), recíprocos, cuidados y tampoco tendríamos la capacidad de si por ejemplo tenemos un día de mierda, soltar, liberarnos y renovarnos así.

Quizá se nos hace difícil verlo como “trabajo” porque asociamos esta palabra al esfuerzo productivo y no al cariño que le tengamos a una persona. Sin embargo, cabe recordar ese mantra que tenemos inscrito en los huesos de que las mujeres* hacemos todo por amor. Y está bien que lo hagamos, por supuesto! Aunque no olvidemos el tiempo y energía que invertimos mientras acompañamos, y pongamos en valor, lo mucho-muchísimo que podemos aprender sobre los procesos, las emociones y la vulnerabilidad mientras lo hacemos.

Es tan importante aprender a acompañar, como a dejarse ser acompañado.

 

Bidelagunak, esta palabra tan bonita

En euskera tenemos un término que para mí define mucho mejor lo que me late y lo que hago. Su traducción literal es “amiga de camino” y conjugado decimos bidelaguntzak, que viene a ser “ayudas en el camino”.

Este concepto, poco o nada tiene que ver con ser coach (hice un curso el año pasado con el que me confirmé que no era eso lo que quería ser). Yo más bien (me) ofrezco para acompañarte a ver tu realidad, y desde ahí, observar si tus tiempos y energías están ubicados como tú quieres. Para después, continuar caminando (juntas) hacia esa vida que merece ser vivida (tanto individual como colectivamente) que tú quieras (y puedas), acompañada de tus dones y talentos, y por supuesto también de tus límites. Todo ello, claro está, con perspectiva cíclica, que es imposible dejarla fuera 😉

 

Te acompaño

Como te decía al principio ya van a ser 4 años los que llevo acompañando de forma comprometida y sistemática. Quiero decir, que no son acompañamientos puntuales (que también, por supuesto) sino más bien, procesos-trabajos cuidados que implican tiempo y energía y de los cuales he aprendido (y sigo aprendiendo) muchísimo.

En este tiempo estoy  acompañando a una amiga que trabaja en una empresa “tradicional” y que casi tocaban la quiebra cuando comenzamos, también he acompañado a otra amiga (y compañera de proyecto “alternativo») a ubicar-se y sentirse (como ella me decía) menos sola, y en este último tiempo, acompaño también a otras dos personas cercanas que están en proceso de re-ubicación de sus realidades. Con ambas estoy trabajando su realidad de tiempo-energía “completa” (incluyendo cuidados, relaciones y proyectos propios) y también estamos adentrándonos juntas en el mundo de los dineros.

Con todo esto te digo que quiero dar el salto e ir más allá de las relaciones amigas. Porque creo que puedo hacerlo, y sobre todo, porque quiero hacerlo.

 

El proceso/Los procesos

No son procesos que sepa a donde nos llevaran y aunque esto sé que no es algo que a priori “venda”, vender, no es para nada mi intención ni mi objetivo. Internet esta llenísimo de cursos/personas que ofrecen promesas de que te harán millonaria y todas esas cosas, y esto, nada tiene que ver con mi propuesta.

Yo paso de perpetuar el capitalismo y de poner el dinero en el centro (sin obviar que necesitamos dinero, para lo cual acompaño los procesos con mi ensayo de ‘Se una Padrina’). Para mí lo importante es poner(te) tu vida/cuerpo en el centro, acompañarte a verlo con toda la claridad que podamos, utilizando diferentes herramientas que enraízan y otras que ayudan a desplegar las alas.

Así, los procesos son orgánicos, personalizados, y por supuesto, cuidados en tiempos y energías. Van desde lo más matérico hasta lo más emocional. Porque todo es importante e imprescindible para la creación de la Vida, esa que integra ese Todo en el que nos habitamos (incluidas relaciones, trabajos de cuidados y todas esas “cosas” que por nuestro sesgo de género y por nuestra cultura hegemónica muchas veces olvidamos).

  • INDIVIDUALES: Los procesos individuales pretenden ubicarte en tu realidad y continuar caminando hacia esa Vida que quieres, en la que en el centro, estás tú (y si es el caso, también tu ciclo menstrual).
  • COLECTIVOS/DE PROYECTOS/DE EMPRESAS, COOPERATIVAS o ASOCIACIONES: Los colectivos son “meta-acompañamientos”, es decir, partimos de ti, y analizamos tanto tu realidad como la del proyecto. Al haber más de una persona implicada, vemos las realidades individuales y a continuación conjuntamos estas en la realidad colectiva.

 

Todo esto nace de mi cuerpo

¿De dónde podía nacer sino? Lo que procuro replicar con estos acompañamientos es mi propio proceso, este que sigo realizando (muy bien) acompañada por las personas cómplices con las vivo y creo (puedes leer más sobre cómo es esto en «De danzas y procesos creativos«). También avanza porque durante estos años he realizado diferentes cursos que me dan pistas, así como talleres que me dan la oportunidad de ver los retos a los que nos enfrentamos en este tiempo que nos ha tocado vivir.

No tengo titulación que avale esto. Lo que tengo, como dice Haraway, son conocimientos ubicados/situados(1), véase, acompañamiento en informática a señoras en la época del Windows 95 (¡qué tiempos!), 10 años detrás de la barra de nuestra cafetería (¿me convalidarán alguna carrera con esto?), etc. Además, soy autodidacta y persigo lo que me late con horas de vídeos y charlas, miles de artículos y muchas-muchas pruebas-experimento que primeramente siempre me auto-implemento. Me gusta jugar(mela) y lo hago con gusto (y mucha seriedad y compromiso), porque creo que es difícil construir mundos nuevos con ladrillos viejos, así que, menos coaching capitalista y más procesos de acompañamiento en economía feminista :p

Dicho todo esto, si te interesa que te acompañe, puedes contactarme desde AQUÍ y vemos si lo que necesitas y lo que puedo ofrecerte con-juga. Si es así, estaré deseando que (con)jug(u)emos 😉

Y no lo olvides: Acompañarnos (nos) trasciende y es resistencia, porque nos hace continuar juntas, y Juntas, como dicen La Mare y Eva Sierra, «Juntas, vencemos la muerte«, compañera 🙂


(1) https://es.wikipedia.org/wiki/Conocimiento_situado 

*La ilustración de este post es de Sara Fratini

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies