15 textos, 9 meses y un sinfín de vivencias

15 textos, 9 meses y un sinfín de vivencias

Aquí, hoy, iba otro texto, unos sobre como los lodos, estar en ellos, es/son transformadores.

Sin embargo, hoy, 10 de junio, es también luna nueva.

Termina el tiempo entre eclipses. Termina (de momento) este tiempo de purga.

Y con ello, he pensado que capitular, era mucho mejor que seguir contándote mis pajeos.

Termina el curso escolar, y con ello, como ya te he contado en otras ocasiones,

e incluso no teniendo los 2 mesazos de vacaciones,

algo se cierra. Algo se termina. Algo, que es profundamente cíclico,

ha terminado de completar una nueva vuelta a la espiral.

He mirado los títulos de los artículos que he publicado en este rarunísimo curso 2020-2021.

Estos 15 textos me sirven para recordar mi camino.

Me sirven para saber por donde he andado durante estos últimos 9 meses.

Quizá, en realidad, cada vez que acaba un curso, volvemos a nacer-nos.

Un resumen de los textos…

[Puedes leer cada texto en el link que encuentras al final de cada párrafo]

Comencé contándote lo raro que fue el verano y lo inusual del volver a comenzar en plena pandemia. Tenia tantas dudas… fue un verano tan jodidamente extraño. Suspendimos viajes, encuentros, cayeron ilusiones y con esto, las posibilidades de tacto, alegría y distensión, se nos acotaron drásticamente. [De veranos raros y comienzos inusuales. Septiembre 2020]

De ahí, volví a insistir-nos en que ante el grito violento del ‘sálvese quien pueda’, solo las redes conjuntas nos sostendrían de verdad. En todos los niveles. Aún seguimos sin saber la magnitud de todo lo que estamos atravesando con esta pandemia, sin embargo, si en la era pre-covid ya estaba bastante claro, ahora el asunto es transparente. [Sálvese quien pueda o redes conjuntas. Septiembre 2020]

En octubre pude (por fin!) anunciarte lo que llevábamos meses (años en realidad) gestando. Nuestro libro llegaría a mis manos en diciembre, y antes, quise escribir el proceso entero y compartirlo contigo. Porque como en casi todo, si el ‘producto final’ mola, el proceso de creación es también interesante. Esta siendo una experiencia brutal. Los feedbacks, las presentaciones, el arrope cercano, y lo que te contaré morena! [DAI: El libro. ¡Nuestro libro!. Octubre 2020]

En noviembre baje a los abismos a ver que quería contar mi ovulatoria. Observe un miedo primario que aguardaba ser dicho. Ese que teme la ausencia de carne, cuerpos y alegría. Anote la idea de los Posibles que en los meses siguientes sería digna de obsesión, y de muchas conversaciones con mis Compas-queridas. [Coñoescritura ovulatoria (en pandemia). Noviembre 2020]

Fue en noviembre y diciembre cuando me anime a poner en palabras lo que quería decir con esto de los Posibles. Esos que aunque se nos habían acotado, podían ensancharse por otros lugares. Esos que aunque venían a oprimirnos (más) podíamos resistir juntas. [Lo que se nos esta perdiendo, y los posibles (Parte 1) / (Parte 2). Noviembre y diciembre 2020]

Cerré el año como es habitual por aquí, con las perlas-inspiraciones del 2020. Este post no necesita presentación, si quieres recursos guapos de gente guape, entra e inspírate. [Inspiraciones 2020. Diciembre 2020]

Enero comenzó fuerte con algo que tenía muchas ganas de cuestionar (y de cuestionarme). “Las Culturas nuevas” tienen el peligro de volverse rápidamente dogma. Es responsabilidad de las que difundimos estar muy atentas a esto, no vaya ser que nuestras alternativas se conviertan en hegemonías (como esta pasando). [¿Cultura Menstrual normativa?. Enero 2021]

Después, volví a compartir un Coñoescrito. Aunque son los textos que me mas me cuestan, siento que son imprescindibles para bajar al cuerpo. En este te contaba sobre una (vieja) herida, que estaba en ese momento viendo como se convertía en cicatriz. [De heridas que se tornan cicatriz. Enero 2020]

En octubre del 2020 viví un feo episodio en un taller virtual. Fue una vivencia que me dejo unas semanas con el culo torcido. Poco a poco fui transmutando toda la rabia acumulada (por este y otros sucesos), y en febrero del 2021, decidí publicar sobre los Cuerpos Menstruantes y las Terfs. En este articulo, además de la vivencia y las reflexiones, también encuentras un montón de recursos para sacarnos de adentro la transfobia. [Cuerpos Menstruantes (y lAs TERF). Febrero 2021]

A finales de febrero seguía dándole vueltas a los dogmas que, sin así quererlo, creamos. Y desde aquí, escribí sobre mis imperfecciones como cuerpo menstruantes. Validar lo que sentimos, y no encajar en nuevos trajes (por muy brilli-brilli que sean) es lo que yo siento revolucionario. [No querida, no soy ‘La Perfecta Menstruante’. Febrero 2021]

Con marzo llego una invitación, que aunque no ha tenido mucho éxito (ejem, amigis que me habéis medio-prometido textos… sigo espeeeerandooo), sigue vigente y en pie. Yo descubrí mi escritura en un blog comunitario, y es desde ahí, que me encantaría descubrir la tuya. Encuentras los parámetros de publicación en el artículo. [Blog comunitario: ¡Vente a escribir (e inspirar)!. Marzo 2021]

La primavera llego y con ello, sentí la necesidad de compartir lo que me estaba aconteciendo. Ansiedad, en mayúsculas. Fue un alivio poder poner palabras a lo que me estaba pasando, y sobre todo ver que vosotres, que también habíais sentido o estabais sintiendo lo mismo, estabais ahí, en los comentarios, en mensajes personales, en cariño colectivo. [A N S I E D A D. Marzo 2021]

El cansancio de los meses de curros intensos se iba notando en mi cuerpo cuando decidí, por una parte pasar de escribir 2 post al mes a 1, y por otra poner en palabras este ‘nuevo’ concepto que tanto (y tan bien) estamos practicando. La autoexplotación (más allá, o mas acá de la más conocida explotación capitalista) esta poniéndose de moda, y estar atentas, es un muy buen primer punto. [Autoexplotación: No lo haga(mo)s. Abril 2021]

Y como ultimo texto, te compartí una reflexión que diría tiene el origen más antiguo en mi existencia. Las decisiones hacen que tomemos los rumbos, y los rumbos son los caminos que decidimos para la Vida. [Maternidad: Partir del No. Mayo 2021]

…y algunas otras cosas para capitular

Además del recorrido por las letras, quiero dejar por aquí algunas de las cosas molonas que me han pasado durante estos 9 meses: Desde la asociación Ara!Gorputz hemos llevado a cabo el programa ‘Menstruación en los coles’ (Hilerokoa Eskoletan en euskera) financiado por la Diputación foral de Gipuzkoa (y nos la han vuelto a conceder para seguir con ello el curso que viene!!) , y también hemos estado dinamizando un regalazo de proceso en la ‘Escuelita de Economía Feminista’ en Oiartzun (Gipuzkoa), financiado por MunduBat.

Sigo coordinando Olatukoop (la red de Economía Social y Transformadora de Euskal Herria), rodeada de personas y proyectos cooperativos revolucionario. También coordino el equipo de dinamización de la comunidad Soy1Soy4 formado por mis queridas Guardianas, y en enero estuve llevando un curso sobre economías en esta plataforma. Estoy rodeada de gente muy bonita y me siento profundamente agradecida por ello.

Ha sido un curso impresionante. Y ahora que lo escribo, veo que la cosa ha estado bastante completa. Así que… Me merezco un verano de categoría. Lleno de alegría, aguas de todo tipo en donde poder sumergirme, prados y playas de todos los colores en donde poder tumbarme, tardes de conversaciones estimulantes entre Compas y birras, y noches despejadas para observar las estrellas.

Eso mismo (o lo que sea que a ti te de placer, alegría y gustosismo) es lo que te deseo.

*La imagen de este post está hecha con sangre menstrual. Puedes ver más dibujos-experimento en La Galería.

Blog Comunitario: ¡Vente a escribir (e inspirar)!

Blog Comunitario: ¡Vente a escribir (e inspirar)!

Llevo con esta idea muuuucho tiempo. Abrí la web y el blog (ya hace casi 5 añazos) porque quería tener un espacio propio. Como nos contó Virginia Woolf: “Una habitación propia” dentro de esta macro-nube que es internet. Lo necesitaba. Quería comunicar mis pajeos, sentirme acompañada en las horas de tecleos que paso. Que mis textos no quedaran únicamente en los diarios o en los documentos escritos aquí y allá, que eran solo ‘para mí’.

Y han sido años de muchos post. Muchos. Muchos más de los que imaginaría. Y no es que ya no vaya a escribir más, eh?! ¡Con lo que me salvan las letras y lo que me encanta investigar!

Cada texto lo escribo y re-escribo varias veces, lo reviso, lo corrijo, pido que me lo corrijan (especial agradecimiento por esto y por tanto a mi Compa I.), lo maqueto, busco la ilustración, lo subo todo, escribo la newsletter y finalmente le doy a ‘enviar’. Luego lo muevo en redes si me queda algo de tiempo… Es un trabajo que me flipa, aunque es un trabajo.

“Escribir y publicar no es lo mismo”, me dijo una vez mi querida Erika. Y no lo es. Al darle a publicar un escalofrío me recorre siempre, incluso cuando no sabía si había alguien al otro lado recibiéndome… Tuve la suerte de tener un espacio seguro donde practicar con esto de la escritura y el ‘que me lean’. Mi comienzo ‘en público’ con el arte de las letras (desde el cuerpo) fue en la comunidad Soy1Soy4.com. Y fue un regalo. Uno de tantos que me ha dado (y me da) participar y trabajar en este proyecto.

 

Abriendo(te) las puertas de mi Casa-Blog

Otro de los objetivos de ‘dejarme leer’ fue inspirar con mi Voz. Ahora (agarrando de la mano a la vergüenza que tantas veces me ha dejado agazapada) te digo que sé que en algunos casos lo he hecho (y lo hago). Suena jodidamente arrogante esto, pero ¿Por qué no aceptar que es mostrándonos como inspiramos a otras, y que, hay Otres que nos inspiran mostrándose? Así lo siento yo, y esto, es realmente determinante para caminar hacia Vidas que merezcan (la alegría) ser vividas. Porque nos validamos en relación. Y es con esas Otras con quienes creamos nuestras subjetividades y con las que damos los pasos. Inspirándonos e inspirando.

Y es desde aquí desde donde decido abrirte las puertas de mi casa-blog. Porque te necesitamos. Necesitamos tu Voz. Necesitamos todas las voces posibles para crear esas ‘otras formas’ con las que tanto fantaseamos. La tuya también. Déjate ser inspiración, amiga.

Soy consciente de que escribir y publicar puede dar un poco de susto y mucha imposturía, sin embargo, y aunque mi propia impostora me diga que esto no te va a parecer una súper idea (y me quede haciendo cri-cri como una grilla solitaria, sobre todo teniendo en cuenta que en mi entorno más cercano es una idea que inoculo sin mucho éxito desde hace tiempo), ME LA JUEGO. Me (la) he jugado mucho con el proyecto, y es que en realidad, lo más importante es seguir jugando! Entonces, ¿te vienes a jugar?

 

¡Vayamos a lo práctico!

Si te apetece publicar algún texto en mi blog, estos son los parámetros:

  • El texto será de un máximo aproximado de 700 palabras (entre 1 o 2 hojas en el editor de textos a tamaño 11 aprox.)
  • Sirven todos los formatos de escritura: Poesía, ensayo, relato, vivencia… e incluso si no sabes catalogarlo en ninguna es bien-bien (A nosotras también nos cuesta mucho definir la categoría de nuestra criatura-Libro!).
  • Puede ir firmado con tu nombre real y/o web personal/proyecto o puede ser anónimo (o con un seudónimo que también mola mucho!)
  • La ilustración puedes hacerla tu misme (sirve una foto, un collage, pinturas con sangre menstrual o realizadas con materiales más clásicos 😉 ) o puedes mandarme una que te mole, siempre y cuando, puedas citar la fuente de la persona creadora
  • Las temáticas que me parece que encajan en el blog son las que tengan relación con el ciclo menstrual o la perspectiva cíclica (fases y vivencias monstruantes (o no), todo tipo de procesos relacionados con nuestros úteros, vulvas o cuerpos/cuerpas, la creación de tu proyecto, feminismos, …) y las que tengan que ver con maneras de organización (tanto económicas como sociales). Si tienes dudas sobre si la temática encaja o no, mándame la propuesta y lo miramos juntes ^^
  • Los textos pueden estar escritos en castellano o en euskera (son los idiomas que controlo)
  • Dicho esto, si te apetece compartir-nos algún texto, mándamelo a: Enara@viviendoenciclico.com
  • Este blog es, por supuesto, un espacio seguro. Los comentarios son (siempre) moderados antes de su publicación, y de esto me ocuparé yo. Obvia decir que en mi Casa-blog (que ahora si quieres también puede ser la tuya) nada de troleos, ni de cosas chungas.

 

Aquí lo dejo, porque lo que quiero es leerte ^^

¡Anímate, de veras que estoy segura que tienes mucho (rico, interesante, gustoso, emocional, confrontante, divertido…) que contarnos!


*La imagen de este post es de ‘Caja de letras‘.

No queride, no soy ‘La Perfecta Menstruante’

No queride, no soy ‘La Perfecta Menstruante’

Me he dado cuenta de que esto de ‘la hegemonía menstrual’ que te contaba hace poco, no es únicamente algo teórico. Desde que divagamos (y nos clareamos) en la comunidad Soy1Soy4 sobre este tema, y desde que escribí el post sobre ‘Cultura Menstrual normativa’, he seguido pensando en esto, y también he recordado vivencias que me han hecho preguntarme: ¿Por qué hay personas que piensan que por difundir cultura menstrual, yo soy una top del tema en mi cuerpo? ¿Qué ha podido ser lo que les haya llevado a sacar conclusión?

No, no, no queride. Ni de coña soy la perfecta menstruante (termino-flecha que acuñó Erika Irusta en este artículo), y más te diré: la menstruante perfecta no existe. Obvio. Lo sabes. Pero, ¿así te vives? Yo no. Obvio. La perfección me persigue desde niña y sigo dando pasos hacia ese ‘aceptar’ mis imperfecciones reconociendo mis límites y limitaciones, mientras que pongo en valor (y al servicio) mis dones y talentos.

“A ti seguro que no te duele la regla”, “Bah, tú en eso sabes cómo gestionarte”, “Seguro que tu controlas todo”… Han sido frases concretas que se me han quedado clavadas, y otras muchas veces han sido miradas que dicen más. Sin por supuesto querer hacer sentir mal a nadie y más bien realizando un ejercicio de autocrítica (las normatividades y prejuicios se nos instalan dentro tan rápido que da miedo, y a veces, una se sube a pedestales sin saber cómo ha llegado ahí), vengo a contarte como es la realidad de mis fases ahora, en estos últimos ciclos. Porque si algo voy aprendiendo también, es que la ciclicidad no implica ‘conocerse’ una vez y fin, va de no perderse de vista nunca:

 

MI MENSTRU

No me duele la menstru. Si, esto es verdad. La sangre suele llegarme suave y en el último ciclo tuve una revelación: Me sentía tan en calma que sentipense que, una menstruación sin dolor es el mejor estado del alma. B me dijo que esa sensación se parecía a la oxitocina del embarazo. Y yo, sonreí.

Me siento una suertuda con esto. Y aunque pueda leerse como un privilegio, tenemos que considerarlo un derecho. Antes me dolía más. Mucho más. Quizá sea el proceso que sigo de escucharme de forma activa. Intuyo que tiene que ver. Quizá sea la copa menstrual y también las compresas reutilizables hechas con amor por compas bonitas. Seguramente sea un poco todo.

En cualquier caso, dejo por aquí escrito que si le duele a une, nos duele a todes. Y que a veces, como te cuento a continuación, el ciclo menstrual duele aunque la sangre al llegar no lo hago.

 

MI PREOVU

En esta última temporada estoy odiando esta fase. Hemos sido muy amigas hasta que me he dado cuenta del espiditismo (de speed = velocidad = estrés) al que me llevan los estrógenos en esta primera fase del ciclo, y a veces, incluso cuando aún asoma algo de sangre marrón-final.

La manifestación de fantasmas auto-críticos se pone en marcha y asoman la insuficiencia, la rectitud, la velocidad, y sobre todo la impostora. Una impostora que insiste una y otra vez en que no hago lo suficiente. Y en que todo lo que hago, está mal. Fatal. Mal. Muy mal. Todo malamente.

Entonces, con esta bulla dentro, se me empiezan a contraer las tripas y cuando se me ocurre respirar, observo disgustada la bola de ansiedad que tengo en la boca del estómago. Procuro irme al monte o a dar un paseo, sin embargo, esta (imprescindible) gestión suele resultar una ‘pérdida de tiempo’ para el entrenador de gimnasia que llevo dentro. Y el bucle sigue, y el diafragma se convierte en una bola gigantesca que palpita muy fuerte. Y subo en picado a los infernales ‘abismos preovulatorios’.

 

MI OVU

Hasta hace un poco mi Compa I y yo nos reíamos mientras afirmábamos conspirando que esta fase era un mito (o un timo). Que ni libido, ni mujertez, ni nada de nada. Que nosotras no compartíamos ninguna de las características del arquetipo. Además, desde que supe nombrar mi cuerpo/mis fases, descubrí que he vivido los primeros 15 años de mi ciclicidad en esta fase de forma perpetua (cara al público siendo impertérritamente-simpática-todo-el-tiempo), por lo que sé, que desde que le puse nombre (y en consecuencias, existió), me cae bastante mal.

Aunque como decimos en la asociación Ara!Gorputz: “La ovulación es la cuestión”, y ovular es lo más importante para el ciclo menstrual pueda ser, el princesismo, la moñeria, la maternidad como máxima expresión de/en la vida, ese mujer-mujer que se asocia con esta fase me siguen chinando mucho, y aunque aún no he descubierto en su totalidad cómo se expresa este comienzo de la progesterona en mí, la calma que siento es muy aligerante después de varios días de exigencia máxima. Ah! Y últimamente me estoy encariñando con mi libido 😉

 

MI PREMEN

Es mi fase estrella. Pero vamos, que me dicen esto hace 5 años y me rio yo en la cara de quien osara decir semejante barbaridad… Una vez más, cuando supe de la existencia de este momento en el ciclo, y pude nombrar-me, sentí una profunda liberación. ¡Seguramente es la epifanía máxima en toda mi vivencia como cuerpo menstruante! Me ayudó mucho saber (además) que, había/hay más compas que lloraban cada mes, que había más compas que tenían cientos de dudas existenciales en esta fase, que había más compas que no entendían porque antes de que la sangre llegue, su vida se convierte en un auténtico tormento abisal. Poco a poco comencé a reconciliarme con la progesterona, e incluso a abanderar el club de las que consideramos que decesitamos un mundo (mucho más) progesterónico.

Sigo aprendiendo a fluir con/en esta intensa fase. Me parece un camino súper complejo. Somos unas valientas aprendiendo a vivir desde/con esta hormona en un mundo hiperestrogenizado. Es duro bajar a los abismos y ver las heridas que desbordan. Es jodido dolerse con lo propio y también con lo ajeno. Es terrible encontrarse sola transitando esto.

Quizá justo estas sean las claves que he descubierto para vivir-me (más) en calma cuando el ciclo va terminando: Saber que atendiendo los abismos encuentro tesoros, empatizar solo hasta donde pueda acompañar y estar acompañada de cómplices que entienden el idioma Balleno y que sostienen las cuerdas en esta espeleología mensual.

 

¿Y TÚ?

Como ves he utilizado las 4 fases arquetípicas-típicas para el relato. Sin embargo, sigo en la búsqueda de más, de otros y otres arquetipos que habitan en mí, y que al igual que los estados hormonales, tienen sus luces y sus sombras, sus límites y sus dones.

Y también como ves, no soy la perfecta menstruante. Ni de coña. Tampoco quiero serlo. Si de algo me he dado cuenta en este tiempo es de que, la perfección-exigente y la alegría-espontanea no suelen ir de la mano. Y si he de elegir quien quiero que me acompañe a vivir una vida que merezca, sin duda, me quedo con la alegría (de la imperfección).

Me encantaría saber cómo vives tus fases, y cuáles son las ‘perfecciones arquetípicas’ que has notado en ti, o que te han comentado. ¡Para no crear nuevas hegemonías, necesitamos todos los relatos! ¿Nos cuentas?


*La imagen de este post es un dibujo realizado con sangre menstrual por una servidora. He actualizado la Galería, en donde puedes encontrar este y otros muchos dibujos-(espero) inspiración.

Cuerpos Menstruantes (y lAs TERF)

Cuerpos Menstruantes (y lAs TERF)

Me ha costado 4 meses escribir este artículo. He tenido la paciencia de convertir el fuego-susto en letra. Y ha sido gracias a muchas lecturas y a las reflexiones-oro de/con Compas-cómplices lo que me han animado a ponerme a teclear.

El objetivo de este texto es posicionarme. Todo lo clara y rotundamente que pueda sobre las realidades trans. Eso sí, antes que nada (y por si no quieres seguir leyendo) diré que: Los derechos de las personas transexuales son derechos humanos y por tanto, se defienden.

 

La cultura menstrual (ubicada) y los retos

Si no he hablado antes de este tema ha sido porque yo difundo cultura menstrual “desde mi”, y no soy trans (soy cis). Por tanto, no siento (ni tengo) el derecho de suplantar estas (tan necesarias) voces. Sin embargo, en todos los talleres y encuentros he planteado el tema como uno de los retos que tenemos que acoger, nombrar y visibilizar.

Así, y desde este ubicar-me que realizo al comienzo de todas las actividad en la que haya participado, he dicho que hablaré de cuerpos menstruantes y/o de mujeres. Utilizando ambos términos desde una misma posición. Sin ir más lejos desde la mía, porque: ¿Cuántas veces me abre preguntado (sin demasiado éxito con las respuestas), “que significa ser mujer”? Si para algunas cis como yo es una pregunta compleja, imagínate para una mujer trans…

 

El acontecimiento

En octubre me contrataron desde Laia Eskola para dar un taller sobre menstruación en formato on-line. El primero en este formato. Dije que si por experimentar el reto de la virtualidad, aunque ya desde el comienzo, el no tener los cuerpos “presentes” me dio bastante vértigo.

Comenzamos la sesión privada, y para mi sorpresa vi, que de entre las 20 compas asistentes, unas 5 tenían la cámara desactivada. Al poco de hacer mi posicionamiento político (perspectiva cíclica anticapitalista, ecofeminista y bla-bla-bla) y de haber dicho esto de que utilizaría los términos de “cuerpos menstruantes” y “mujeres” de forma univoca, una de las “compas”, de las que estaba con la cámara apagada, pidió la palabra para decirme que no le parecía bien, que sino usaba única y exclusivamente el termino mujer, estaba alentando al borrado de las mujeres.

Suelo (lo procuro al menos) ser transparente en la vida y también en cada evento, por lo que le conteste que yo no tenía una posición ubicada porque no conocía esta realidad de cerca (me he cagado en esto varias veces, pero ya paso… y además, ¿acaso seguimos creyendo que por ser feministas tenemos todas las respuestas a los grandes retos que se nos están presentado?), y que por tanto, nombraba el reto para visibilizarlo. Se calló. Pero al final de la charla, tomo otra vez la palabra (sin encender en ningún momento la cámara) y volvió a repetir lo del borrado de las mujeres y tal… Si te digo la verdad, no le di más importancia hasta que esa misma noche la organizadora me envío el hilo de twitter en el que me habían hecho una hoguera.

Que si era una misógina, que venga y dale con el borrado, que si solo menstrúan las mujeres… un montón de lindezas que me pusieron el cortisol por las nubes. ¡Menos mal que no tengo twitter, amiga! Y, sobre todo, menos mal que tengo Compas-amor que me sostuvieron sin dejarme entrar en la absurda guerra del tuit!

 

LAs TERF

Esa semana descubrí lo que significa TERF: Acrónimo del termino en ingles Trans-exclusionary radical feminist, que significa “Feminista radical trans-excluyente”. Conste que son ellas las que se nombran así…

¿Acaso estas mujeres-mujeres (porque las demás debemos de ser de otras categorías), o Mujeres©, como dice Brigitte Vasallo, han olvidado que el feminismo/los feminismos es/son una herramienta para visibilizar las opresiones (y procurar aligerarlas), para que juntas caminemos hacia una vida que merezca ser vivida para TODES?

No diré más sobre esto. Ni sobre ellAs. Eso sí, te recomiendo que veas este video de Irantzu Varela sobre la ley Trans, en el que pone los puntos sobre las íes y en el que desmonta cada uno de los argumentos que suelen utilizar las TERF (¡dale al play, que yo te espero aquí!).

 

El abono que he sacado de la mierda

Como lombricilla que soy y estando acompañada de otras lombrizakas como estoy (especial agradecimiento por el arrope y el manantial de recursos que mi lehengusina P. me ofreció), y pasado el susto de ver cómo puede una convertirse en trending topic así de un momento para otro, me puse manos a la investigación, para desarrollar un posicionamiento claro y contundente. Porque en realidad ya hacía tiempo que debía haberlo hecho (cero justificaciones más, la vida y este precario proyecto dan para lo que dan), sobre todo porque las vidas y procesos de las personas trans importan (y de paso, por si asoma alguna otra de estas mujeres con copyright…).

Entonces, conclusión uno: Seguiré diciendo Cuerpos menstruantes. Porque hay mujeres que no menstrúan (además de las mujeres trans, están las que transitan el climaterio o viven en la plenopausia, las que han vivido una histerectomía, y un largo etcétera de otras posibilidad de mujeres no-menstruantes) y hay personas de otras identidades que sí lo hacen (como hombres trans, o personas de género no binario).

Y conclusión dos: Si me topo en el camino (¡ojala!) con algún cuerpo menstruante no-hegemónico, escucharé con los ojos bien abiertos y los oídos atentos. No hay otra forma de cuestionarnos los privilegios, y hacerlo, es de vital importancia para seguir construyendo un mundo en donde quepamos (a ser posible gustosamente) todes.

 

Recursos para seguir cuestionando (nos) nuestros privilegios como cis

Si quieres indagar en este temazo, además de los recursos que te he dejado linkados en el texto (todos súper recomendables), aquí tienes algunos más:

 

Sigamos construyendo Vidas dignas de ser vividas para todes. Y tú, ¿te habías planteado el tema?

¿Nos compartes algún recurso más?


*La maravillosa ilustración de este post es de Zinteta

Cosmovisión Cíclica

Cosmovisión Cíclica

Puedes escuchar aquí el audio-artículo (o podcast!):

*Este artículo es una traducción del original que escribí en euskera para el portal Etzi.pm. Puedes leerlo, AQUÍ.


No visualizo bien el principio. Suele decirse que es el verbo. En mi caso, era la soledad (emocional). Quizá la ausencia misma de este. Fue el ciclo menstrual lo que nos llevó a encontrarnos, a encontrarme, aunque poco después me di cuenta, de que aquello era la puerta hacia un nuevo universo.

La palabra Comunidad me alejó al principio, aunque sabía que allí podría encontrar sitio, un sitio. Quizá incluso uno hecho a mi medida. Sé que en aquel momento tenia poco acuerpada esa (gran) palabra y su definición. ¿Qué significa comunidad? En algún lugar de mi cabeza aquello resonaba con lo hippie, incluso la palabra secta revoloteaba por ahí. Re-signifiqué esto por primera vez en la comunidad pedagógica y virtual dedicada al ciclo menstrual (soy1soy4.com). Comprendí aquí este, y otros tantos conceptos, vivencias y trozos de mi misma. Después de 7 años de trabajo, la pedagoga menstrual Erika Irusta, decidió abrir un espacio-plataforma tierna, slow-social y calentita en donde compartir (de ella hacia nosotras y al revés) es, fue y sigue siendo el objetivo.

Han pasado 4 años desde entonces y ahí seguimos creando eso que llamamos Cultura menstrual, difundiendo la palabra, el verbo. Abriendo y compartiendo temas, procesos, heridas, vivencias. Solemos decir que sentipensamos la vida…

Somos seres bio-psico-sociales. Esto, lleva la experiencia de ser un cuerpo menstruante mucho más allá de lo fisiológico. Muchas han sido las cosas que se han revelado ante mis ojos, mi cabeza y mis tripas (también dentro de estas), entre otras que es difícil (y muy doloroso) habitar un sistema lineal siendo cíclicas. Absortas en el productivismo somos esclavas del tiempo y esto nos hace vivir en silencio, con vergüenza y escondiendo (todo lo que podemos) los daños/dolores normalizados que esta violencia lineal nos genera.

El centro de nuestra época es (parece ser): La prisa, el capital y su acumulación, lo racional, la acción, la fuerza, y siendo mujeres* además (la obligada) maternidad. Y danzamos con estas características también, por supuesto que sí. En mi caso, las siento sobre todo en la fase preovulatoria y en la ovulación. Más o menos durante 10 días. ¿Pero qué ocurre con las otras dos fases? ¿Dónde están los otros 15-17 días de ciclo restantes?

El sistema no quiere nuestra premenstrual y la misma menstruación. Las odia. Son lo contrario del Homo Economicus, antagonistas. En estas fases el cuerpo pide ritmos calmados, también nos invita a que miremos hacia dentro, para así poder darnos cuenta de las heridas que nos habitan y acogerlas. Nos pide descanso, calor, que le hagamos caso a la intuición… Pero estas características no son productivas para el capital. Por tanto, son desechadas. Y en consecuencia nosotras también las preferimos lejos, muy lejos. Pero, esto no es posible. Somos nosotras, están dentro de nuestra danza hormonal, las veamos (o no), las sintamos (o no), las acojamos (o no)… ahí están. Son tu, son nosotras. Y bajo mi punto de vista podemos aprender mucho de ellas (de nosotras en estos días). Estas dos fases contienen las claves para cambiar la cosmovisión del mundo. Lo digo con rotundidad.

Estando fuera de esta linealidad destructiva, mi apuesta es aprender a vivir en la periferia. No más guerras por llegar a la punta del iceberg. No habrá sitio para nosotras allí. Y la verdad, yo no quiero un lugar ahí. Estoy contenta abriendo brechas, detonando lo impuesto. Mi propuesta es acoger los límites, trabajar las potencialidades, protegernos cuando haga falta, y cuando se pueda, sacar nuestras voces desde la periferia. Juntas, por supuesto. Creando comunidades propias, conformadas de personas (que siendo o no cuerpos menstruantes), sepan acuerpar esta realidad.

Escuchando mis fases, después de más de 4 años de registros propios, tengo claro que nos falta cultura menstrual. Además de esto (o integrada aquí), también observo apenada que tenemos un gran vacío en cuanto a la cultura de las emociones, y más concretamente en lo que tiene que ver con heridas, cicatrices y vivencias-herida. Escucharlas/compartirlas es uno de los retos de nuestro tiempo.

El sistema nos quiere del cuello para arriba. A veces pienso si no somos una cabeza con unas manos pegadas que teclean a toda máquina. Vivimos rápido, corriendo, sin respirar. No tengo dudas de que cambiaremos la cosmovisión haciéndole caso a todo esto que nos acontece de la cabeza para abajo.

Sabemos que la realidad es (mucho) más cruel que la ficción. Algún imaginario hay sobre el ciclo menstrual, pensemos entonces cómo serán nuestros días nadando en esta linealidad siendo cíclicas….

Quizá (quién sabe), podemos encontrar recursos para crear realidades más tiernas (o ficciones como dice Preciado) entre nuestras vivencias-emociones. Nombrando sin vergüenza nuestra(s) vulnerabilidad(es) mientras navegamos las olas-emociones.

Quizá (quién sabe), descubramos las claves para esas nuevas ficciones que bailan en nuestras cabezas entre las heridas de nuestro cuerpo. Abriendo estas, quitando las viejas tiritas y dejando que el aire fresco del mar las cure.

Quizá (quién sabe), aprendamos a compartir nuestros adentros convirtiéndolos en actos políticos, nuestras cicatrices, nuestros ciclos (menstruales) y por ende, nuestros cuerpos. Necesitamos islas que nos sirvan de espejo y de descanso para caminar de la opacidad a la transparencia del cuerpo, que crearemos entre palabras, escritos y discursos-práctica.

Para quitar el capital del centro, sé que tenemos que poner nuestros cuerpos y vivencias. En estos encontraremos un universo completo lleno de constelaciones transformadoras. Si continuamos aprendiendo a crear/vivir/caminar desde aquí, crearemos una nueva cultura con los cuerpos en el centro.¡ Lo haremos!  Juntas, con nuestras comunidades cómplices.


*Las ilustraciones de este post están pintadas con sangre menstrual por mí misma. Puedes encontrar más dibujos-experimentos en LA GALERÍA.

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