Blog Comunitario: ¡Vente a escribir (e inspirar)!

Blog Comunitario: ¡Vente a escribir (e inspirar)!

Llevo con esta idea muuuucho tiempo. Abrí la web y el blog (ya hace casi 5 añazos) porque quería tener un espacio propio. Como nos contó Virginia Woolf: “Una habitación propia” dentro de esta macro-nube que es internet. Lo necesitaba. Quería comunicar mis pajeos, sentirme acompañada en las horas de tecleos que paso. Que mis textos no quedaran únicamente en los diarios o en los documentos escritos aquí y allá, que eran solo ‘para mí’.

Y han sido años de muchos post. Muchos. Muchos más de los que imaginaría. Y no es que ya no vaya a escribir más, eh?! ¡Con lo que me salvan las letras y lo que me encanta investigar!

Cada texto lo escribo y re-escribo varias veces, lo reviso, lo corrijo, pido que me lo corrijan (especial agradecimiento por esto y por tanto a mi Compa I.), lo maqueto, busco la ilustración, lo subo todo, escribo la newsletter y finalmente le doy a ‘enviar’. Luego lo muevo en redes si me queda algo de tiempo… Es un trabajo que me flipa, aunque es un trabajo.

“Escribir y publicar no es lo mismo”, me dijo una vez mi querida Erika. Y no lo es. Al darle a publicar un escalofrío me recorre siempre, incluso cuando no sabía si había alguien al otro lado recibiéndome… Tuve la suerte de tener un espacio seguro donde practicar con esto de la escritura y el ‘que me lean’. Mi comienzo ‘en público’ con el arte de las letras (desde el cuerpo) fue en la comunidad Soy1Soy4.com. Y fue un regalo. Uno de tantos que me ha dado (y me da) participar y trabajar en este proyecto.

 

Abriendo(te) las puertas de mi Casa-Blog

Otro de los objetivos de ‘dejarme leer’ fue inspirar con mi Voz. Ahora (agarrando de la mano a la vergüenza que tantas veces me ha dejado agazapada) te digo que sé que en algunos casos lo he hecho (y lo hago). Suena jodidamente arrogante esto, pero ¿Por qué no aceptar que es mostrándonos como inspiramos a otras, y que, hay Otres que nos inspiran mostrándose? Así lo siento yo, y esto, es realmente determinante para caminar hacia Vidas que merezcan (la alegría) ser vividas. Porque nos validamos en relación. Y es con esas Otras con quienes creamos nuestras subjetividades y con las que damos los pasos. Inspirándonos e inspirando.

Y es desde aquí desde donde decido abrirte las puertas de mi casa-blog. Porque te necesitamos. Necesitamos tu Voz. Necesitamos todas las voces posibles para crear esas ‘otras formas’ con las que tanto fantaseamos. La tuya también. Déjate ser inspiración, amiga.

Soy consciente de que escribir y publicar puede dar un poco de susto y mucha imposturía, sin embargo, y aunque mi propia impostora me diga que esto no te va a parecer una súper idea (y me quede haciendo cri-cri como una grilla solitaria, sobre todo teniendo en cuenta que en mi entorno más cercano es una idea que inoculo sin mucho éxito desde hace tiempo), ME LA JUEGO. Me (la) he jugado mucho con el proyecto, y es que en realidad, lo más importante es seguir jugando! Entonces, ¿te vienes a jugar?

 

¡Vayamos a lo práctico!

Si te apetece publicar algún texto en mi blog, estos son los parámetros:

  • El texto será de un máximo aproximado de 700 palabras (entre 1 o 2 hojas en el editor de textos a tamaño 11 aprox.)
  • Sirven todos los formatos de escritura: Poesía, ensayo, relato, vivencia… e incluso si no sabes catalogarlo en ninguna es bien-bien (A nosotras también nos cuesta mucho definir la categoría de nuestra criatura-Libro!).
  • Puede ir firmado con tu nombre real y/o web personal/proyecto o puede ser anónimo (o con un seudónimo que también mola mucho!)
  • La ilustración puedes hacerla tu misme (sirve una foto, un collage, pinturas con sangre menstrual o realizadas con materiales más clásicos 😉 ) o puedes mandarme una que te mole, siempre y cuando, puedas citar la fuente de la persona creadora
  • Las temáticas que me parece que encajan en el blog son las que tengan relación con el ciclo menstrual o la perspectiva cíclica (fases y vivencias monstruantes (o no), todo tipo de procesos relacionados con nuestros úteros, vulvas o cuerpos/cuerpas, la creación de tu proyecto, feminismos, …) y las que tengan que ver con maneras de organización (tanto económicas como sociales). Si tienes dudas sobre si la temática encaja o no, mándame la propuesta y lo miramos juntes ^^
  • Los textos pueden estar escritos en castellano o en euskera (son los idiomas que controlo)
  • Dicho esto, si te apetece compartir-nos algún texto, mándamelo a: Enara@viviendoenciclico.com
  • Este blog es, por supuesto, un espacio seguro. Los comentarios son (siempre) moderados antes de su publicación, y de esto me ocuparé yo. Obvia decir que en mi Casa-blog (que ahora si quieres también puede ser la tuya) nada de troleos, ni de cosas chungas.

 

Aquí lo dejo, porque lo que quiero es leerte ^^

¡Anímate, de veras que estoy segura que tienes mucho (rico, interesante, gustoso, emocional, confrontante, divertido…) que contarnos!


*La imagen de este post es de ‘Caja de letras‘.

DAI: El libro. ¡Nuestro libro!

DAI: El libro. ¡Nuestro libro!

2 Compas (Belén y yo). Unos textos compartidos que comienzan como balbuceos. 3 años de proceso. 2474 km de distancia (física) entre nosotras. Infinitos e incontables minutos de audio. Varios procesos personales tremendamente complejos entre medias. Una pandemia que nubló la noticia de que finalmente, sería publicado. Alrededor de 300 hojas de manuscrito. Y unas ilustraciones (y una cuidada maquetación) de Lucía, que embellecen cada párrafo y cada una de las hojas.

Todo esto (y el viaje que proponemos entre las letras-imágenes), es el DAI, nuestro libro, que verá la luz (y será acurrucado en tus manos, si quieres) a finales de noviembre de esta rarísimo 2020. En este post te cuento la historia de esta nuestra-Criatura-libro:

 

La semilla llega a tierra fértil

“Desmontando al Homo Economicus” (que es como se titula El libro en cuestión), nace de un encuentro fugaz (muy fugaz) entre Belén y yo. Mi querida Medusa aterrizó y volvió a despegar, desde el pequeño aeropuerto de nuestra bahía, en poco más de 24 horas. Sin embargo, aunque breve, la semilla se nos sembró dentro, entre otras cosas porque ya existía una tierra fértil que deseaba dar Vida, abonada con muchos audios, escritos y cursos compartidos que realizamos en modo Tandem. Fue como si ambas, estuviéramos esperando ese abrazo, para permitirnos abrir nuestras vísceras y volcar nuestra humilde sabiduría-acuerpada en algún lugar.

Abrimos una carpeta ubicada en alguna nube entre Suecia y Euskal Herria. Algún rinconcito-Ternura acogió nuestros sendos pajeos. Creamos una base, unas raicillas que agarraron con fuerza. Y de ahí, los textos fueron cogiendo orden, consistencia y sobre todo, alegría. Porque sí, Compa, te confieso que este proyecto-proceso, además de confrontación y (re)mirarnos algunas-bastantes cosas, me ha dado mucha mucha alegría.

 

La plantita, el agua y el abono

¿Recuerdas cuando en el cole plantábamos una lenteja en un bote de yogur? ¿Recuerdas lo que sentías cuando, entre algodones, asomaba la Vida? Los meses pasaban. Belu y yo seguíamos escribiendo en los huecos que conseguíamos rascarle al productivismo de nuestras realidades multitarea.

Durante estos años que ha durado el proceso, hemos surcado algunos charcos. Si hay algo que caracteriza la escritura de este libro (además de la distancia física), ha sido el no poderle dedicarle todo el tiempo que nos hubiera gustado. Sin embargo, ambas hemos estado dispuestas a revisar nuestras diferencias (porque amamos nuestras semejanzas), y esto, ha nutrido la tierra fértil con el abono de nuestras propias mierdecillas.

También hay muchísima agua fresca de muchas fuentes-inspiración. Compas-inspiradoras que antes de nosotras (o al mismo tiempo), conspiraron en uno u otro ámbito por los que navegamos en los textos.

 

Las ramas van creciendo

A medida que los textos crecían y crecían, vimos la necesidad de poner estructura, por lo que optamos por dividir la creación en 3 partes: El DAI (que es el acrónimo que utilizamos para referirnos al libro) comienza con la problematización de lo que consideramos (e invitamos) a de-construir, analizando detenidamente las partes de este océano inmenso que llamamos cultura o sistema. En esta primera parte observamos como el Homo Economicus (mito-metáfora que es el hilo conductor) tiene metidas sus sucias manos en todas las partes de nuestra realidad, desde lo más micro, hasta lo macro. Visibilizando como todo esto, es profundamente político y afecta a nuestras cotidianidades.

Después de un par de capítulos de transición, proponemos un montón de ejercicios y prácticas concretas para ir destripando el bicho, el HE, para ir sacando esas asquerosas manos de nosotras, de nuestras cuerpas-realidades. Y por último, planteamos algunas pistas de cómo caminar hacia esa Humana Socialis que soñamos ser.

Entre medias, un precioso relato (si, no voy a andarme con falsas modestias, es precioso y punto) acompaña la propuesta de este desmontaje, en el que contamos la historia de dos lindas viajeras que llegan a la tierra desde un planeta lleno de Vida (y hasta aquí puedo leer).

 

Las flores

Cuando ya teníamos bastante estructurado el tema y cuando nos dimos cuenta de que nuestros textos-inocentes podrían ser un libro, contactamos con una ilustradora-amiga (Lucía Calvo) para ver si le apetecía participar en el proceso. No teníamos mucho más que ofrecerle que la ilusión de participar en un proyecto conjunto que pretende tocar las vidas, rascar en las inercias del alma, para que juntas, tengamos una (nueva) hoja de ruta por la que seguir caminando hacia la ternura feroz.

Ella aceptó, y nos pusimos muy contentas. Creemos que las ilustraciones (y la cuidada maquetación) que acompañan los textos, son las flores que dan color, son la creación que lo completa, son el idioma no-escrito tan necesario para pararse a respirar.

 

El arbolito

La vida no cesa si está bien enraizada, y para cuando nos quisimos dar cuenta, teníamos un montón de capítulos que latían por ser leídos por Otras.

Creímos terminar el montaje en enero del 2020 (yo nunca siento que esté terminado, y creo que hasta que no lo tenga en las manos, pensaré que quedan cosas por agregar). Realizamos un dossier con el índice y varios fragmentos y nos dispusimos a dejar volar nuestra (asustada) criaturita. Fue la segunda editorial (Zambra-Baladre) la que, con palabras preciosas, nos dijo «SÍ». No olvidaré nunca aquel día, fue justo el día anterior a que nos confinaran por el covid, un primaveral 12 de marzo.

Desde entonces, hemos pasado meses de revisión y edición. También nos han hecho un prefacio y un prólogo maravillosos. Lucía ha terminado las ilustraciones y poco a poco se va cerrando el círculo.

 

Seamos Bosque, somos bosque

Ya no queda mucho para que llegue a nuestras manos. Ya está todo dispuesto. Además, ya he visto el fetichismo que tenemos con los libros, ya he acogido a mi impostora diciéndole que no soy escritora, que simplemente soy ensayista de mis procesos, que juntas somos creadoras de obras que pretenden dar Vida en medio de tanto caos.

Recuerdo cuando la editora nos dijo que publicarlo no era el fin, que nada terminaba, sino que era el comienzo. El círculo no se cerraría porque esto es una espiral. Un escalofrió me recorrió entera. Nada antes me había parecido tan cíclico como este proceso. Parece terminado y recién comienza.

Esto que proponemos es un punto de partida (más) para la que quiera agarrarlo, para la que desee contenerlo entre sus manos-tripas, para la que decesite un anclaje tierno y una deconstrucción cariñosa. Deseo que una de estas seas tú, porque nos necesitamos Bosque, con nuestras raíces abrazadas y acuerpadas, con las copas moviéndose bien alto alzando la Voz. Enraizadas ferozmente en nuestros cuerpos, queriendo desde aquí, ir al encuentro de esa Otra que nos está esperando.

 

Nosotras parimos esto para todas, todes (y también todos) lxs que deseen sacarse de dentro al fastidioso Homo Economicus: ese mito-muerte que nos han inoculado, eso que debemos ser para que la rueda patriarcocapitalista continúe con esas inercias-dolorosas instaladas en nosotras. Apostamos por un tiempo-nuevo, por formas de relacionarnos nuevas, que partan de la alegría, del cuidado y de la ternura. Y nos encantaría que de las brechas que están asomando, nazcan un montón de nuevas plantitas-árbol que sigan alumbrando el mundo-cultura-sistema-realidad que deseamos y que nos merecemos.

 

“Desmontando al Homo Economicus” (de Belén y Enara, ilustrado por Lucía) pronto estará en la librería de tu barrio (siempre he tenido ganas de decir esto ^^).


*La ilustración del post es una de las ilustraciones (maravillosas) del libro realizadas por Lucía Calvo (Lulumka).

Me quiero ahora-aquí-ahora

Me quiero ahora-aquí-ahora

La Premen se acerca y este ciclo me he hecho la promesa ferviente de que llegaré suave a los abismos. Como merecen, como merezco. Estoy harta de llegar en caída libre al tiempo de la progesterona. Quiero seguir practicando la espeleología abisal de forma cíclica. Sabiendo que sí o sí esta fase me conduce a visitar mis adentros. Quiero hacerlo con cuerdas, anclajes y preparada para ello. O lo que es lo mismo abrazos, palabras y con una guía de recursos-recuerdos que me acompañen a acoger las emociones que aparecen entre los claroscuros premenstruales.

Este texto (o coñoescrito) nace en un día simbólico. Han pasado 15 años de un suceso que marco mi vida profundamente. Desde ahí, (desde aquí) ahora, lo siento como un (auto)recurso para recordarme cómo y dónde me quiero.


Premen día 19. 20 de noviembre del 2019.

 

Me quiero ahora, aquí, ahora.

En ese suspiro profundo que me colma entera.

En esa caricia rebelde en donde (me) dejo la piel.

En ese tímido rayo de sol que inunda cada una de mis células.

En esa expresiva sonrisa de encuentros cómplices.

En esa mirada presente con la que sé que me entiendes.

En ese juego alocado y peludo que me llena de barro.

En ese bostezo satisfecho al final de un día alegre.

En esas largas tardes de rocas, agua salada y yerba.

En esas palabras que son balbuceo y que (aún así) alcanzan a decirnos.

En ese final de clase, relajada, serena y llena de Chi.

En esa contención que da un abrazo cuando todo parece desmoronarse.

En ese puchero rico cocinado a fuego lento.

En esas pinturas-ensayos que salen de mis adentros.

En esos proyectos-vida en donde pongo mi tiempo y me devuelven tanto.

En ese gesto que sin sonido, todo lo dice.

En ese aroma a Casa, como la más dulce y tierna de las fragancias posibles.

En esas conversaciones en las que cambiar el mundo es el (utópico) objetivo.

En ese florecer de las macetas que con más o menos acierto, cuido.

En este cuerpo mío el cual sigo aprendiendo a amar.


*El dibujo-experimento de este post está hecho con mi sangre menstrual (y con pintura acrílica :p). Si quieres ver más creaciones, entra en LA GALERÍA.

Mi primer día en la Luna

Mi primer día en la Luna

Todavía era pronto para mí. Algo había oído pero no tenía ni idea de que el viaje fuera a ser tan fascinante y misterioso. No quería esperar. Las esperas me desesperaban de siempre, y aquella ocasión se mostraba perfecta para la aventura.

.

.

.

Me topé de repente con un gran túnel oscuro en el que desde abajo, alcanzaba a ver las paredes viscosas con rugosidades diversas. Algo me atrapo, la boca del agujero que no parecía tener fin me capturo y comencé a subir. La escalada se dio sin que yo hiciera ningún esfuerzo. Fue un paseo suave, húmedo, caliente. No sabía hacia donde me dirigía, sin embargo, la serena excitación que sentía dentro me hacía tener la certeza de que todo estaba bien.

Cuando ya me relaje por completo ante la agradable experiencia, me encontré con algo que parecía la punta de la nariz, blandito a la vez que terso. Un almohadón también húmedo y cubierto de un líquido rojo espeso que se abrió por el centro para que continuara el camino. Esta vez el pasadizo se estrechó más. Veía hilos de materia roja en dirección contraria. Este pasadizo era como estar dentro de una aguja y me costó un poco comenzar a entrar. Me sentía gustosamente mojada en aquella materia brillante y viva. Otra fuerza me absorbió y finalmente llegue al destino, una cavidad inmensa recubierta de ese flujo flexible y rojo que me acompaño en la aventura y de lo que estaba embadurnada.

.

.

.

Había llegado a la luna. Era mi primer día.

.

.

.

El día pasó rápido, aunque después me contaron que en realidad habían pasado aproximadamente 28 días. Vi caer todo lo que recubría aquella cavidad gigante, poco a poco fue escurriéndose por el agujero por el que yo llegue. Las paredes quedaron finalmente rosáceas y lisas, aunque en muy poco tiempo volvieron a comenzar a pintar el escenario; primero una capa, luego otra y finalmente una más.

En ese tiempo, las compañeras de lanzar «el huevo» habían realizado un intercambio de un montón de hormonas (o bitxitos alegres que se mueven por todo nuestro ser) con el cerebro, y este, el centro mismo de la inteligencia de la Cuerpa, dio las órdenes para ir pintando y rellenando las paredes. Entre dos de las capas, más o menos, enviaron el huevo, y cuando se terminó de formar la fiesta del líquido rojo, fui expulsada por el mismo lugar por el que entre, deslizándome rápidamente por un tobogán lubricado. Ueeeeeeeee!!!!

.

.

.

Abrí los ojos. Algo se removió en mi tripa y no supe bien que ocurría. Recordé el sueño y pensé que quizá tanto subir y bajar me había dejado mareada. Me levanté y una mancha roja en las sabanas me sobresaltó. No me pilló desprevenida, sabía lo que era. Se me hacía familiar, unos pocos minutos antes estaba pintada con ella.

.

Esa misma noche viaje a mi interior por primera vez, a mi Luna, al lugar donde todo comienza, a ese espacio mágico que late dentro de cada ser menstruante. Y aquella mañana supe, que me quedaban un montón de fascinantes y misteriosos viajes a la Luna. La aventura de ser cíclica, había comenzado.

Ilustración de Paloma Ilustrada


*La ilustración de este post es de Laura Berger

Lagartija

Lagartija

Lagartija

que muta (también) entrañas

Premen día 25. 8 de septiembre del 2019

 

¿Cuántas veces he mutado de piel? (a mis 35 diría que ya han sido unas cuantas)

¿Acaso me creo una lagartija? (me gustan los reptiles y su instinto de supervivencia)

¿Cuántas heridas traspasan de una a otra capa sin poder hacer nada para evitarlo? (la piel es lo más superficial y al mismo tiempo, lo que me de-limita)

¿Cuántos duelos me quedan por hacer? (estoy segura de que no puedo contarlos)

¿Y cuantas mutaciones con cada uno de estos? (¿quizá tantas como ovocitos me queden dentro? …seguramente muchas más)

 

Trabajo, hago terapia, lloro, preparo talleres,

me río, bebo cerveza, descargo, escribo, me ilusiono, paseo, me deshincho…

Estrógenos arriba y abajo, progesterona que viene y va.

 

Y todo, vuelve a comenzar de nuevo.

Incluso aunque esto sea una ilusión macabra,

porque nunca,

nunca, seré “nueva”.

 

No habrá segundo parto,

aunque me partiré cientos de veces.

No habrá segundas oportunidades,

porque siempre,

algo me recordará que “sigo siendo yo”,

que esa «otra yo» no existe.

 

Tecleo por y para “modificarme”,

en pos de una serenidad calmada y muy viva a la que aspiro.

Dentro me habita un caos de ceros y unos a los que pretendo dar sentido.

Y orden.

Como si fuera un sencillo y a la vez muy completo software que puedo (des)cifrar.

Un algoritmo hormonal alocado

al que se le suma (o resta) un tiempo (limitado) y un entorno (muy) cambiante.

 

Fantaseo con ese delete que me dé la posibilidad de eliminar aquello que ya no me sirve.

Sueño con ese sobre-escribir que me deje teclear ese código que aún es balbuceo,

sacarlo de mis entrañas para no sentirme nunca más abandonada,

ni rechazada.

Me doy cuenta de que no existen estas teclas en el hardware-cuerpo.

No las hallo dentro,

y fuera, tampoco hay cacharro que me permita encontrarlas.

 

Re-escribir(me) viviendo(me) de formas “otras-nuevas”,

arrancándome a tiras la piel que no cae sola.

A ratos con el mimo de quien ama la pared que limpia,

en otros, con el racarraca de quien intenta que un grano deje de picar.

 

Muto en cada ciclo,

Y lo se teóricamente,

Porque, entre otras cosas,

un ovulo muere,

y algo de mí lo hace con él.

 

En lo práctico, en lo emocional,

todo se torna más complejo,

y no hay quien entienda el jaleo de fórmulas, errores y con ello posibilidades,

que me asaltan, en las que me convierto.

 

vida-muerte-Vida.

 

Morir y matarme entre metáforas,

hacerlo con el cariño que estoy aprendiendo a tener(me).

Enterrarme, incinerarme,

y ser ceniza en la que nuevas flores brotan.

 

Otra vez, cada vez, en cada ciclo,

también en cada nueva etapa de la vida.

Incluso aunque eso de ser nueva me resulte uno de los engaños a los que sucumbo,

por el que me dejo sucumbir.

 

Quiero fantasear (una vez más),

imaginando que soy una lagartija que cambia de piel,

y de entrañas.

Sabiendo,

que en ellas guardo los recuerdos de la que fui,

esos que me han construido,

y que me construyen cada vez que repto,

y que ahí, en lo más hondo de mi misma,

es (también) donde engendro el futuro en el que seré, nuevamente,

una lagartija.


*El dibujo de este post esta realizado con (mi) sangre menstrual. Si quieres ver el resto de obras-juego, puedes acceder a LA GALERÍA.

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies