*pie de foto: «Nuestro cuerpo cíclico, no entra en vuestro sistema lineal»


Acoger esta emoción que enuncio en el título, como el resto, tampoco es sencillo.

Se me hincha el pecho, el corazón, el diafragma.

En realidad, hay una parte que reconozco como ego (quizá más que una parte),

porque cuando me gusta ser vista, me gusta SER VISTA.

Y hoy ha sido un día así .

De enseñarme al mundo. De ponerme al servicio, procurando, tenerme muy presente.

 

El agradecimiento que estoy sintiendo estos días, me tiene ciertamente abrumada.

Son decisiones tomadas y errores acogidos.

También alegrías, amores y tristezas cálidas que se acumulan en un pecho que se abre.

Son yo, ahora, con unas raíces que se fortalecen, que junto a otres (y conmigo misma) nutro y abono.

 

A veces siento que el globo de helio que soy, será soltado de la mano de esa niñita de ojos ilusionados,

Y bufff…. adiós y hasta siempre.

En un abrir y cerrar de ojos pasaré a ser un poco más de esa basura cósmica que da vueltas a la tierra.

Incluso temo nombrarlo, teclearlo, como ahora,

no vaya a ser que la magia se disipe (y más cosas de esas que nos decimos cuando las cosas van «bien»… tu sabes!).

 

El otro día (acompañada, claro está) vi que no suelo cerrar el ‘ciclo de la necesidad’ de/en esta emoción.

[En la Comu Soy1Soy4 senti-aprendí hace poco que las necesidades tienen este ciclo: 1. Sensación // 2. Percepción // 3. Energetización // 4. Acción // 5. Contacto // 6. Retirada // 7- Celebración o duelo]

Entonces veo que hay una parte de mí que quiere seguir flotando,

habiendo pasado por todas las fases pero sin querer llegar a la 7,

incluso cuando he tenido durante más de 12 horas los pies a unos centímetros por encima del suelo,

y me siento realmente agotada.

(Ojalá flotar siempre con un nudo firme de varias vueltas… ¿verdad?)

 

También sé que me cuesta celebrar.

«No están los tiempos para mucha fiesta»- Pienso.

Y tampoco tenemos una cultura a medida de nuestros calendarios cíclicos,

solo tenemos esos días de guardar que marca el calendario fálico-gregoriano.

 

Hoy es un buen día para validar y celebrar la ciclicidad. Luna llena.

Nos imagino aullando fuerte, en un grito alegre y que diga que aquí estamos.

Juntas, alrededor de un fuego y con perreo feminista sonando de fondo.

“Viva el perreo y muerte al trabajo”- retumba en mi cabeza el lema de Tremenda Jauría.

Cada una con sus logros (y sus errores) sabiendo que todos son importantes,

y que los hemos logrado (o hemos sobrevivido) juntas,

Y que sin elle, sin ti, sin mi, no hubiera(n) sido posible.

 

“Nuestro cuerpo cíclico no entra en vuestro sistema lineal”.

Con dos. Habia que decirlo y se dijo. Yo en realidad dije algo más largo…

Y Oihane lo ha sintetizado cogiendo la referencia de este artículo que, para mi y también para otras, fue semilla,

y lo ha puesto en una bella ilustración.

Y me la ha enviado con un mensaje llenito de cariño.

Contándome que está disponible para la manada que ya somos e invitándome a la suya.

¡Y que así sea!

 

Siento la Vida un regalo escurridizo.

Sobre todo sabiéndome en fase ovulatoria, esos días en los que veo el mundo (algo más) amable.

Soy consciente de que muchas veces (cuando lo siento, que ha quedado claro que soy cíclica),

si esto es así, es porque tengo el privilegio de habitar espacios seguros.

(¿Cómo puede ser esto un privilegio?)

Espacios protegidos,

lugares en donde me permito ser, y se me valida.

Expreso lo que hago sin ser juzgada y con ello yo tampoco me machaco, o al menos, lo hago menos.

A ver, que no todo es un campo de rosas, entiéndanme…

Quiero decir que habiéndolos sentido mínimamente seguros,

me he ido animando a expresarme,

a hablar de cuerpos, emociones y menstruaciones,

y esto me alegra mucho el alma. Y hace que me sienta llena de gratitud.

 

Y me hincho otro poco y vuelvo a temer procurando imaginar cuándo saldré volando.

“Agarra bien la cuerda, peque”.

 

Hoy celebro conmigo, contigo.

Y aúllo con todas las otras peques, con las que, juntas, sostenemos nuestros globos.

 

19 de noviembre del 2021. Ovu dia 10.


*La maravillosa ilustración de este post es de Oihane Beñaran (IG: @sorginkeriak)

**Una de las razones de mi gratitud es que me van a dar un premio por un texto y un dibujo (pintado con sangre, obvio, jejeje) en el concurso (y otro montón de cosas molonas para dar visibilidad a las mujeres* rurales) que ha organizado la federación Landaola dentro del proyecto «Landa Emakumeak Gara».

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